Capítulo 32: Normalidad

38K 1.3K 153
                                    

POV STEPHEN 

Me despierto con los primeros rayos de sol de la mañana, todavía no me creo que pueda dormir sin pesadillas. Sonrío nada mas abrir los ojos y encontrar al angelito que hay durmiendo junto a mi. La acerco más a mi dejando su cabeza reposar en mi pecho mientras una de sus manos se aferran a mi cintura. Ayer se nos olvido cerrar las cortinas y ahora la estancia esta iluminada levemente, sé que una de sus manías es dormir a oscuras y pronto se levantara así que aprovecho para observarla un poco mas. De verdad creía que iba a terminar con todo, que me iba a dejar solo, no sé cómo explicar el nudo que se me formó en el estomago, sentía que me faltaba el aire y solo ella podía deshacerlo. 

Con un miedo que todavía no ha desaparecido en mi interior empiezo a acariciar su cintura con mi mano que estaba posada ahí. Se empieza a remover por lo que paro creyendo que la había despertado pero lo único que hace es pegarse a mí. Escucho como ronronea entre la inconsciencia y una sonrisa se dibuja en mí al saber que esa es la forma que tiene cuando esta mimosa para que la siga acariciando. 

Sentir sus pechos sobre mi piel desnuda hace que recuerde todo los momentos vividos a noche, creo que nunca me podré saciar de ella, es adictiva.

Escucho como golpean la puerta por lo que cojo la sabana arropándonos a ambos antes de indicar que pasen. Por la puerta aparece Mónica que nos mira con una sonrisa. 

- Hemos puesto el desayuno en el jardín, mucha suerte despertando a esa marmota- mi vista se dirige hacia ella por un segundo quitándole un mechón de pelo de su cara y posicionándolo detrás de su oreja en una delicada caricia. 

- Por cierto la arpia de Hannah ya se ha ido podéis estar tranquilos- dice antes de salir de la habitación. Ante el nombre de esa una furia empieza a crecer en mí, todavía no me puedo creer lo que hizo, puede ser que yo al principio estuviera confundido pero no tenia ningún derecho a inventarse nada y menos a golpear a la niñata. Si le hubiera llegado a pasar algo no sé lo que hubiera hecho.

Unas caricias en mi pecho me sacan de mis pensamientos trayéndome a la realidad. Bajo la mirada encontrándome la mirada curiosa del angelito.

- No estes tenso- se eleva dejando caer levemente la sabana que la cubría dejando pequeños besos a lo largo de mi mandíbula. Al sentir su tacto dejo salir un suspiro desapareciendo todos los anteriores pensamientos y centrándome en la preciosura que tengo ante mí. 

- Así estas más guapo-  siento un calor subir por mis mejillas, es la primera vez que me lo dicen de forma tan sincera y mas alguien como ella. ¿¿¿¿Por qué mierdas me estoy sonrojando?????

- Stephen ¿¿te has sonrojado??- una amplia sonrisa se empieza a formar en ella y antes de que pueda completarla le doy la vuelta empezando a hacerle cosquillas.

- ¡¡¡¡PARA!!!!- sus carcajadas inundan toda la habitación mientras se retuerce de bajo de mí. Aflojo mi agarre cuando veo que le empieza a faltar el aire debido a la risa. Cuando logra regular su respiración me mira de forma socarrona, elevo una ceja cuando sus manos se dirigen a mis mofletes.

- Eres como un osito de peluche adorable- arrugo el ceño ante sus palabras. Yo no soy adorable, yo soy duro. Su risa se vuelve a escuchar por la habitación y sin poder evitarlo una sonrisa sale de mi al verla tan feliz. 

- Te puedo demostrar lo duro que soy después- murmuro pasando mi amplia mano por su cuerpo desnudo. Un suspiro sale de ella asintiendo con la cabeza. Me río divertido ante su expresión antes de levantarme de la cama ante su atenta mirada.

- ¿A dónde vas?- pregunta observándome sin disimulo. Mierda niñata.

- El desayuno ya esta pero cómo me sigas mirando así se puede irse a tomar por culo porque no vamos a salir de esta cama- ante la mención de comida sus ojos se iluminan y su pequeña tripa empieza a sonar.

DESTINOWhere stories live. Discover now