Aprendiendo A Dejar Ir

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Coautora: paudiaz044

NARRA SKELETON

Esa molesta mocosa enana se estaba mofando de mí corriendo por la aldea, si es que más escandaloso no se puede ser. Corrí tras ella, más le valía no detenerse porque me las iba a pagar.

Entró a la construcción de descanso, si se le ocurría decirle algo a los amigos de ese asqueroso chico iba a arrancarles la cabeza a todos con mis propias manos, pero apenas entré me di cuenta que había corrido directo a Zarah quien al parecer se acababa de levantar de su cama seguro intrigada por los gritos de la niñata.

—Skeleton ha terminado de perder la cabeza

Dijo escondiéndose tras Zarah cambiando su actitud de burla a un rostro asustado. Era muy buena fingiendo, porque hace unos segundos parecía muy divertida burlándose.

—¡No se te vaya a ocurrir escuchar sus mentiras! La mocosa piensa que sabe todo pero sólo sirve para molestar a los demás y ser un estorbo.

Grité molesto cuando vi que Cindy le decía algo al oído. Ese pequeño engendro del demonio, mejor hubiera dejado que se perdiera cuando escapó de la casa de Samara.

Cindy comenzó a gritar defendiéndose mientras yo le gritaba de regreso, todos nos miraban en silencio sin entender qué estaba pasando, la mayoría había estado durmiendo antes de nuestra llegada.

—Basta los dos. Hablaremos afuera y arreglaremos esto.

Dijo Zarah señalando la puerta, crucé los brazos entendiendo que no iba a hacer ni decir nada más hasta que yo saliera. Una vez afuera ellas salieron juntas, Cindy aún detrás de ella.

—Bueno, entonces lo que sucede es...

Comenzó pero ambos la interrumpimos.

—¡Él estaba de chismoso escuchando conversaciones ajenas YLUEGOINTENTÓMATARMEPORQUEESUNSALVAJE...!

Gritaba la enana chocosa.

—¡Ella estaba robando galletas y diciendo que tú le habías enseñado para luego ponerse salvaje MORDIENDONELAMANOYQUERIENDOBAJARMEDELÁRBOL...!

Gritaba yo intentando captar la atención de Zarah, pero entre los gritos de ambos no era comprensible nada.

—¡Basta! No puedo entender a ninguno. Uno de ustedes me explicará su versión y después el otro.

Dijo intentando controlar la situación, Cindy y yo cruzamos una mirada de rivalidad pidiendo ambos ser el primero en ser escuchado.

—Cindy, dime qué pasó.

Pidió, Cindy sonrió satisfecha y yo dirigí una mirada molesta a Zarah.

—¿Qué? ¿Ella? Es una mentirosa.

Me quejé, Zarah me regañó con la mirada.

—Creo que ya has armado demasiado desorden por ahora, te estás dejando llevar por tus sentimientos así que ella hablará mientras tú te calmas.

Dijo, desvié la mirada molesto evitando ver la cara de burla de la pequeña mentirosa.

—Había estado ayudando en la cocina y después de mucho trabajo creí que podía recompensarme con unas galletas, las tomé y me subí a un árbol a descansar, después él llegó de la nada y además de invadir mi espacio personal robó mis galletas y las devoró sin más, mientras yo intentaba bajarlo de la rama porque quería tranquilidad se acercaron al árbol Marcus, Cooper y Skellen quienes hablaban de un secreto, ¡UN SECRETO! ¿Y qué se le ocurrió al salvaje? Ir a espiarlos hasta la enfermería para enterarse que Skellen y Marcus salen en secreto cosa que lo hizo enfurecer e iba a entrar a la enfermería dispuesto a atacar. ¿Sabes lo peligroso que es eso? Podría haber hecho daño a Cuppa y su bebé, o al adorable Cooper. No tuve más remedio que arriesgar mi propia vida para distraerlo hasta alejarlo de los más indefensos, sólo pensé en traerlo contigo. Lo siento.

Pixeles SobrevivientesWhere stories live. Discover now