Viajando Por Primera Vez

169 19 52
                                    

NARRA SAMARA

Estaba preparando una nueva receta, pastel de fresas. Jamás lo había hecho porque aquí no hay pero Gerda y sus hermanos las habían traído hace unos días como agradecimiento por la hospitalidad.

No esperaba visitas pero cuando alguien llamó a la puerta creí que serían ellos, acudí a abrir para encontrarme con una bella chica de ropas blancas como su piel y su cabello, pero no parecía ser arquera. Se sentía la tensión en el ambiente, además que dos de ellos amenazaban con sus espadas, fui amable pero uno de ellos lanzó algo en llamas muy cerca de mí, tuve miedo pero él se disculpó, parecían más asustados que yo.

Los invité a entrar, les ofrecí de comer y aunque se portaron temerosos y desconfiados agradecí que no fueran como la pequeña chica que acompañaba a Skeleton.

Cuando parecían más tranquilos les ofrecí mi casa para descansar, como parecían que iban a aceptar les adelanté que podría ser que llegarán Gerda y sus hermanos o Skeleton. Al escuchar el nombre de este último la chica de blancos cabellos parecía haberse puesto aún más blanca.

—¿Skeleton? ¿Lo conoces? ¿Sabes dónde está?

Bombardeó con preguntas, de momento no supe qué contestar. Skeleton había hecho muchas nuevas amigas y muy hermosas, cada vez lo sentía más lejos de mí.

—Sí, es mi mejor amigo, desde pequeños.

Dije intentando sonar segura y confiada, los chicos que la acompañaban la miraban atentos.

—Necesito que me lleves con él, por favor.

Pidió con lágrimas en los ojos, le sonreí apenada.

—Lo siento, pero yo jamás salgo de aquí.

Dije, ella intercambió una mirada con sus amigos.

—Kellet tampoco quería salir del Nether y aquí estamos, por favor, queremos que ella pueda encontrar su hogar y sus amigos.

Pidió la otra chica, suspiré pensando que podía hacer, en especial porque Skeleton me había dicho que sus amigos pasaban una terrible situación con su hogar y no sabía si ya habrían resuelto todo.

—Creo que si esperamos a mis amigos, los hermanos, ellos pueden ayudarlos más que yo.

Dije, él chico que había atacado mi casa hizo una mueca de disgusto.

—¿Y ellos vendrán pronto?

Preguntó de nuevo la chica, me encogí de hombros.

—Vinieron hace un par de días, normalmente no vienen tan seguido. Quizá un par de semanas, además, creo que tienen un asunto pendiente o algo así.

Respondí, la dulce Nilsa me había dicho que Gerda había dicho que estaba cansada de tantos años intentar encontrar la paz después de la pérdida de sus padres, que pronto todos serían felices de nuevo. Cuando me lo contó parecía preocupada, pero de algo estaba segura, no volverían hasta lograr su cometido.

—No podemos esperar tanto, si acaso tenemos un par de días. Yo no voy a pasar más días aquí.

Dijo el chico de cabellos negros, la chica de ojos llorosos me miró de nuevo.

—Por favor, sólo tú puedes ayudarnos.

Suplicó, suspiré pensando que estaba cometiendo un error.

—Intentaré ayudarlos, pero será hasta mañana cuando desaparezca el sol.

Dije, ellos asintiendo un poco más tranquilos, se fueron a dormir.

Pixeles SobrevivientesWhere stories live. Discover now