El Enderman Hechicero

186 24 91
                                    

NARRA ENDER

Salí de mi casa antes de que mis padres se despertaran, no me apetecía escucharlos diciendo que un día más y la boda estaba hecha. No tenía ganas de ver el rostro de mi padre esperando destruir mi vida para intentar reparar la de él.

Aún no era momento de encontrarme con ese chico y su lobo pero decidí pasearme por los alrededores por si acaso lo veía cerca.

Casi nadie estaba levantado, no podemos guiarnos por la luz del sol en este sitio pero al viajar al otro mundo para recolectar materiales tenemos que ajustarnos a los horarios de allá.

—Ender, no te había visto. Tu padre había dicho que habías vuelto pero creí que mentía. ¿Acaso estás tan ansioso como yo por la boda? He salido a caminar un poco, ya sabes, antes de tener que cumplir todas esas obligaciones de esposa.

Estela me había visto caminando por ahí y se me había pegado al brazo mientras no paraba de hablar, recostando su cabeza en mi hombro y pegando su cuerpo al mío.

—¿Puedes parar? No estoy ansioso, ni siquiera quiero que suceda, lo sabes.

Dije, ella sonrió tranquilamente.

—No tienes que tener miedo, te haré muy feliz. Estoy dispuesta a cumplir todo lo que me digas. Sabes que siempre te he querido.

Dijo intentando buscar mi rostro.

—Para ya, no me quieres, ya te lo he dicho. Tienes esa extraña necesidad de sentirte como alguien de importancia en este lugar.

Dije, ella me miró con ojos llorosos.

—Te he explicado que no es nada de eso, si quieres nos casamos y luego escapamos de aquí juntos, sólo quiero estar a tu lado.

Dijo, rodé los ojos molesto.

—No. No quiero estar contigo, no me voy a casar contigo y no te voy a llevar a ningún lado. ¿Por qué no vas y les dices todo eso a tus padres y de paso a los míos?

Dije soltandome bruscamente de su agarre para comenzar a caminar alejándome de ella.

—Quizá no me quieras pero sabes que no tienes escapatoria. La boda será mañana y o podrás hacer nada para evitarlo.

Gritó sin que yo volviera a mirarla, sólo quería alejarme de ella, de mi padre, de este lugar que me aprisionaba.

Seguí caminando sin fijarme hacia dónde iba, sólo quería estar lo más alejado posible de ella. Casi sin darme cuenta llegué a donde debía encontrarme con ese enderman extraño.

Aún no estaba y no se escuchaban aullidos cerca, estaba comenzando a pensar que probablemente la hermana de Enderson tenía razón, quizá todo había sido un invento de mi mente.

Me senté en la orilla dejando caer mis pies hacia el vacío mirando hacia la profunda oscuridad que habitaba abajo. Por un momento llegué a pensar que quizá mi padre o algún otro dragón en un ataque de furia y deseoso de controlar todo había destruido todos los alrededores dejando sólo la ciudad.

—¿Tan fácil te has rendido? ¿Piensas lanzarte desde aquí?

Preguntó Carlos, el enderman extraño quien se acercaba con su lobo de pelaje oscuro.

—Si tu plan no funciona lo pensaré seriamente.

Respondí levantándome, sonrió encogiéndose de hombros.

—Entiendo que no confías, pero debes de dejar de dudar de todos todo el tiempo.

Dijo, decidí ignorar su comentario, después de todo apenas y nos conocíamos.

—¿Cuál es tu plan? ¿Otro portal?

Pregunté cambiando de tema a lo que realmente me había traído aquí de nuevo. Él negó con la cabeza.

—Soy hechicero…

Comenzó pero lo interrumpí negando con la cabeza.

—Eres un enderman.

Dije, él sonrió asintiendo con la cabeza.

—Soy un enderman hechicero, ¿contento? Saldremos de aquí con ayuda de una pócima que nos permitirá teletransportarnos a una distancia mucho más grande de lo que podemos.

Explicó, lo miré dudando.

—En primera no creo que una pócima pueda hacer eso, en segunda ¿lo has probado? Y en tercera, si funciona ¿Cómo sabes que no nos va a dejar a mitad de la nada o a medio camino? ¿Cómo puedes saber la distancia entre una dimensión y otra? Es imposible.

Dije incrédulo, él siguió con su aspecto relajado.

—Sí, lo he probado aunque aún no para viajar entre dimensiones. Tienes razón, pero de alguna manera muy parecida trabaja el portal, ¿no lo crees? He estado estudiando la distancia entre ambas dimensiones desde que salí de aquí por primera vez.

Respondió confiado de sí mismo.

—¿Quieres decir que seré tu sujeto de experimentos?

Pregunté molesto, sentía que haber esperado una ayuda de él había sido una pérdida de tiempo.

—Vamos, los tres saldremos afectados si sale mal. Además, ¿no has dicho que no tienes nada que perder? Claro que entiendo si tienes miedo, pero quizá cuando pasen un par de años y estés volando por encima de todo viendo como tu esposa cuida a tu hijo pienses que mejor hubieras aceptado esta oportunidad.

Dijo sonriendo confiado antes de dar media vuelta dispuesto a alejarse. Dark, su lobo, se quedó sentado mirándome con su cabeza de lado casi como si estuviera esperando algo más de mi.

—Bien, lo haré, pero primero tienes que venir conmigo ya que quien me estaba ayudando piensa que eres producto de mi imaginación.

Dije comenzando a caminar hacia la casa de la hermana de Enderson. Ambos comenzaron a seguirme.

—Claro que no soy producto de tu imaginación. Alguien como tú no podría imaginar algo tan genial como yo.

Dijo con ego, lo miré molesto, en especial por la tonta sonrisa que había puesto. Dark comenzó a correr a su alrededor como si le hubiera entendido y aquellas palabras le emocionaran.

Decidí no responder nada, si era real y podía al menos intentar sacarme de aquí no tenía que molestarlo, en especial porque al otro día tendría que casarme con Estela.

Llegamos a con la chica quien estaba sentada en su sala leyendo un libro. Se sorprendió al conocer a Carlos y Dark, pidió una disculpa por no creerme.

Después de que le contáramos el plan pareció dudarlo pero aún así nos apoyó, después de todo ella no iba a viajar así que no le afectaría.

Le proporcionó al enderman “hechicero” todo lo que le pidió para preparar aquella poción que nos haría poder viajar. Verlos trabajar juntos me recordó al refugio, todos nos apoyabamos siempre.

Esperaba que no fuera demasiado tarde para volver.

Pixeles SobrevivientesWhere stories live. Discover now