Hipnotización

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NARRA CHARLOTTE

Blake inventó una excusa para no poner nerviosos a todo el grupo que nos acompañaba, sin que ninguno sospechara nada comenzamos a caminar de regreso a la fortaleza.

Todos iban más relajados, bromeando entre ellos o conversando tranquilamente, los únicos que no dejaban de acosar a Blake con preguntas eran Kellet y Bertha que estaban curiosos de porqué estábamos regresando sin haber cumplido la misión.

—Me alegra ver que todos regresan a salvo.

Nos recibió Magna quien al parecer había estado todo este tiempo en la entrada esperando a nuestro regreso. Bertha asintió.

—Creo que alguien se acobardó al llegar y decidió que debíamos regresar.

Respondió Bertha señalando hacia Blake, este sólo negó con la cabeza.

—No íbamos bien preparados. Lo planearemos mejor.

Respondió, Kellet se cruzó de brazos.

—¿Es en serio? Ya estábamos allá, además, ¿cómo puedes saber si no estábamos bien preparados si ni siquiera terminamos de entrar al lugar.

Lo regañó, Blake se encogió de hombros.

—Yo lo sé. Por ahora necesito que todos regresen a sus actividades normales. Kellet, Bertha, necesito que revisen que todos los de la guardia esten en sus puestos, sólo por si acaso, recuerden que no sabemos a qué nos enfrentamos.

Dijo, los mencionados cruzaron miradas como si su amigo hubiera perdido la cabeza, pero nadie dijo nada, todos comenzaron a ingresar a la fortaleza para retomar sus actividades.

—Bueno, ya que están aquí debes de aprovechar de tomar un baño y cambiarte. Sirve que reviso tu herida de la cabeza.

Dijo Magna entrelazando su brazo con el mío llevándome hacia la zona donde me habían levado por primera vez. Blake nos siguió sin decir nada.

Entramos a la misma habitación donde desperté la primera vez que estuve aquí. El vestido que me había mostrado antes de irnos estaba sobre la cama.

—El cuarto de baño está allí, toma.

Dijo señalando una puerta a la vez que me entregaba el vestido. Asentí con la cabeza e ingresé a la habitación.

Escuché que al dejarlos solos ellos comenzaron a conversar, hablaban en voz baja, seguro él le estaba contando sobre lo que habíamos visto.

Me tomé mi tiempo para limpiarme y relajarme, de verdad que necesitaba un momento de tranquilidad después de lo que había pasado. Me vestí aún sintiendo demasiado familiar la prenda que Magna me dio, pero no podía decir de dónde o porqué tenía este sentir.

Una vez lista salí hacia la habitación, Blake estaba recostado sobre la cama, tenía los ojos cerrados así que supuse que estaba dormido. Magna estaba ordenando unos frascos, vendas y demás cosas que estaban sobre una pequeña mesa.

—Te queda perfecto. Espero que ahora estés un poco más tranquila.

Dijo al verme, sonrió con tranquilidad. Me acerqué a ella sin saber que decir, quería preguntar sobre el vestido, pero no sabía qué tan prudente o apropiado sería.

—Veamos esa herida, estoy segura que ya habrá sanado.

Dijo volviendo a la mesa de donde tomó vendas limpias y un par de frascos dejándolos en la orilla, más a la mano. Me senté en un banquito que estaba junto a la mesa.

Magna comenzó a quitarme las vendas con delicadeza, yo sólo miraba a Blake. Admiraba que hubiera sabido controlar la situación y podido controlar sus emociones, parecía muy asustado cuando entramos a la habitación, y no era para menos. Lo que más admiraba de su actuar era que demostró que sólo quería proteger a sus amigos, evitarles un mal momento y, quien sabe, un ataque de miedo, ansiedad o algo parecido.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora