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—Entonces... Lo que nos trata de decir es que hay algo misterioso deambulando a través de las casas abandonadas de la villa junto al bosque, ¿es así? —mencionó la chica, mirando con temor aquel lugar que estaba tan cerca de ellos.

Debido a la sorpresa que los demás estaban pasando, el joven erudito soltó una pequeña risa. Se estiró un poco, expresando despreocupación, y luego asintió a su pequeña audiencia de cuatro personas.

Ante tal acción, los demás conversaron entre sí, con voces temblorosas y miradas de terror impregnados en cada uno de ellos. Jin les dirigió una mirada furtiva antes de inclinarse para reclamar su atención.

—Se trata sobre una maldición que habita en aquel lugar. ¿Conocen la magia negra? —cuestionó y todos asintieron. Se encogió de hombros mientras se incorporaba en su asiento —. Supongo que todos ustedes han oído hablar acerca de los chamanes...

—¡Pero los chamanes no suelen practicar magia negra! Son bien recibidos por los demás porque ayudan a... —explicó uno de ellos. Seok Jin, al ser interrumpido, lo miró con irritación.

El emisor se encogió en su lugar e hizo ademán de cerrar su boca.

—Como iba diciendo —continuó el erudito —, existió una vez un chamán, el favorito de los dioses, que se encargaba de resolver los problemas de los humanos. Durante una época de sequía, sus danzas y cánticos podían hacer que la lluvia volviera a caer con fuerza y los cultivos florecieran. Las personas estaban muy agradecidas con él.

—Entonces, ¿era buena persona?

Él asintió.

—Así lo era. El hombre era reconocido por ser el chamán personal del rey hasta que uno de sus enemigos le dio un encargo peculiar. Su egoísmo era tan fuerte, y la riqueza que le ofrecían era tentadora, que terminó por sucumbir ante aquel mal camino.

—No quiero seguir escuchando —dijo la muchacha, tapándose los oídos y cerrando sus ojos con fuerza. Jin se echó a reír.

—Viene la parte interesante —mencionó, la chica levantó la mirada y aunque su miedo era más fuerte, mantuvo su atención centrada en lo que Seok Jin decía —. Magia negra.

—Sé como terminará esto —se quejó uno, haciendo una mueca por haber accedido a ir a esa reunión con el chico de la librería. Sin embargo, la curiosidad lo mataba, al igual que a todos los demás, que disfrutaban escuchando las historias que el erudito tenía por ofrecerles.

—Como cualquier antagonista, el hombre buscó arrebatar el trono al rey que gobernaba en ese momento, por lo que decidió acercarse a nuestro chamán —hizo una pausa, mirando al océano de árboles que se abrían paso a la lejanía —. Debido a que ese hombre malvado le había ordenado maldecir a toda la familia real, el chamán decidió unir fueras con una hechicera muy poderosa que vivía en lo profundo del bosque.

—¿Para hacer la magia más poderosa?

—Es correcto. Las prácticas nigrománticas de la hechicera eran bien conocidas. Ella solía causar daño a otros canalizando espíritus malignos a sus víctimas. La gente de este pequeño pueblo la evitaba a toda costa. El miedo era evidente, no podían arriesgarse a estar cerca de alguien como ella. La hechicera, debido a todo el odio, escapó hacia el bosque  —señaló a las espaldas de los muchachos, y ellos sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.

—¿Ha habido alguien que haya osado a buscar en el bosque a esta persona?

—¿Recientemente? —preguntó Jin. El chico que había hablado antes asintió presuroso. Jin levantó y bajó sus hombros —. No lo sé, pero algo que es seguro es que aquel humo gris, que es visible todas las noches en la lejanía, se trata de su hogar. No se sabe si sigue practicando sus hechizos, pero de ser así las cosas, estamos condenados por completo.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora