Epílogo

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Cuando Seokjn entró a la habitación de su cachorro y vio al gran y malvado Alfa Kim Namjoon, arrullar al pequeño, no puedo evitar plantar un beso en sus labios y sentir unas ganas infinitas de llorar.

Habían pasado seis meses desde que había despertado en su habitación de hospital, el tiempo había pasado en un parpadeo y las cosas parecian ir cuesta arriba, podía asegurar sin duda alguna que la voz de su pareja y el calor de su cachorro lo habían ayudado a despertar. Aún recuerda el gruñido que salió de sus labios al ver como su pareja se había quedado petrificado en la puerta y no cumplía con su demanda de recibir a su cachorro.

Lo demás había sido un borrón, una vez que se hubo recuperado Namjoon y el hablaron largo y tendido sobre los acontecimientos que habían desencadenado el ataque que había recibido y posterior destrucción de su manada, todos las manadas adyacentes se habían mostrado sorprendidos ante lo ocurrido y pese a las miles de hipótesis planteadas ninguno había podido llegar a conclusión alguna, tanto su padre como algunos líderes y familias se encontraban desaparecidos, y Seokjin sabía en el fondo que algún día volverían a enfrentarse. Pero mientras eso sucediese planeaba disfrutar de su vida.

—Buenos dias, a los dos. —Dijo después de depositar un beso en la cabecita pelinegra de su hijo, y otro beso en los labios de su Alfa.

Namjoon sonrió hacia él, entrengandole al cachorro, sus ojos brillantes cuando se agachó para darle un beso en la respingada nariz de Jungkook. El pequeño seguía durmiendo pero sus ojitos se agitaron ante las caricias de sus padres.

El corazón se Seokjin se derretia ante eso, amaba la forma en que su compañero actuaba con su hijo, las primeras semanas habían sido duras para ellos, puesto que su cuerpo aún se encontraba en recuperación y gracias a la operación que había recibido cuando era joven, era incapaz de alimentar a su cachorro debidamente y eso lo frustraba, su compañero le había contado como otro omega se encargaba de la alimentación del pequeño y el se negó rotundamente a que eso siguiese pasando, podría sonar egoísta, pero no quería que alguien más cuidase a su hijo de esa manera, afortunadamente el pequeño Jungkook se había adaptado muy bien a la leche de formula y ahora era un rollizo bebé que crecía a pasos agigantados. Y el luto que aún sufría por la muerte de Solar y la decepción que sintió al ver que Hoseok no se encontraba entre los rescatados.

—¿Tienes algún plan para el día de hoy? —Pregunto Namjoon, mientras ambos de dirigían a la cocina, vio al Alfa servirse una enorme raza de café y sonrió por ello.

—Pues hoy es mi día libre, así que planeó llevar a Kookie al claro para un día de campo, y una de que termines con tus asuntos eres bienvenido a unirte a nosotros.

—Estaría encantado, ahora correre para acabar cuanto antes y tener una cita con mis dos amores. —Seokjin no pudo contener su risa cuando en su intento de apresurar las cosas, terminó por romper la raza de la cual había bebido anteriormente contra el fregadero, el Alfa lo había mirado con un potente sonrojo en las mejillas, antes de salir disparado por la puerta evitando el inminente regaño que recibiría.

Tomando el pequeño bolso que había preparado para la salida con su cachorro, salió de la casa dejando que los rayos del sol impactara contra su cara, admirando el cambio que había sufrido su manada en los meses adyacentes, ahora contaban con mejores escuelas, cabañas más amplias, mayor tecnología y una guardería que estaba a cargo de Baekhyun, uno de los omegas rescatados de su anterior manada, a Jungkook le encantaba ese lugar y Seokjin se reía ante el crush que parecía tener su pequeño por su cuidador, cuando no estaba cerca de Yugyeom quien se había convertido en su cómplice de travesuras, o persiguiendo a Minseok (El hijo de Jaebum y Youngjae) el pequeño exigía la atención constante de Baekhyun, lo cual provocaba ciertos celos en su pareja lo cual lo hacían reír.

Pudo ver como varios miembros de la manada se le acercaron a saludar mientras se hacían algún mimo al pequeño cachorro quien no parecía tener intenciones de despertar, la manada había mostrado su apoyo y solidaridad ante su ataque y pese a que Namjoon había querido revelar la verdad de su pasado, Seokjin sólo permitió que lo hiciera parcialmente, pese a todo no quería que nadie supera que su infertilidad se debía al abuso que había sufrido de parte de sus padres, prefería mantener la versión de que todo había sido producto del ataque que había sufrido, tanto el médico que lo había atendido, como también Mark y Jackson habían jurado mantener el secreto, para todos Jungkook era el heredero de la manada, un milagro que había llegado en el momento adecuado y Seokjin no pudo si no estar de acuerdo con ello.

Una vez llegado al claro que se encontraba en la frontera de su manada, colocó una pequeña manta en el suelo antes de recortarse sobre ella y colocar a Jungkook sobre su pecho. En sus momentos de soledad había pensando sobre la vida que había vivido y pese a todo pasaría por el infierno mil y un veces más si aquello lo llevaba a su situación actual. Pese a los demonios que aún rondaban en su cabeza y la locura que parecía envolver a su lobo, sabía que pese a todo en Namjoon encontraba la fuente para saciar sus deseos más oscuros y en su cachorro la calma que su lado omega necesitaba. Él no se engañaba a si mismo, Namjoon y él nunca podrían ser considerados como normales, sus ansias de herirse al momento de sus relaciónes sexuales seguían intactas, sus celos y posesividad hacia su cachorro y pareja jamás podrían ser sanos pero había aprendido a vivir con ello, pese a todo habían encontrado la manera de mantener sus deseos para su intimidad, después de todo querían darle una vida lo suficientemente normal a su Jungkook.

El cachorro se removió en su pecho, Seokjin miro los enormes y preciosos ojos de su pequeño antes de acariciarlo y darle un pequeño beso en su frente, el bebé sonrió y busco su lugar en el cuello de su padre, parecía tener una fascinación por su aroma y Seokjin amaba sentir como la pequeña nariz de su hijo recorría su cuello, suspirando con satisfacción con ello. Se sentó con cuidado aferrando al cachorro en sus brazos, separandolo de manera lenta de su cuello, se rió ante el pequeño gruñido que escapó de los labios del bebé. Cuando lo sento a su lado.

—Buenos días dormilón, ¿tienes hambre? —El pequeño bebé parecía enfurruñado aún, así que Seokjin pico con sus dedos la  su pancita provocando sonoras carcajadas en el bebé. Cuando lo vio renovarse y comenzar a gatear por el lugar, en un intento de escapar de su padre.

Seokjin sabía lo que su cachorro quería, Jungkook amaba gatear por el pequeño claro, mientras su padre lo seguía, cada vez que él y Namjoon lo llevaban al lugar terminaban con un Jungkook cubierto de tierra y suciedad por explorar dicho lugar, cuando llegaban a casa la lucha por bañar al enfurecido bebé, no se comparaba con nada, pero ambos le restaban importancia al recordar la sonrisa de su cachorro a pesar de la suciedad que lo cubría.

El bebé se había tenido a unos metros, Seokjin lo miro con curiosidad, Jungkook señalaba con insistencia hacia un arbusto frente a él, y al ver que su padre no parecía prestarle atención comenzó a llorar a todo pulmón. Seokjin corrió hacia él, se agachó y removió algunas hojas en un intento por encontrar la causa de la aparente angustia de su bebé, y apenas lo hizo su respiración se detuvo. Cubierto de hojas, sangre y tierra, se encontraba el cuerpo de un hombre. Seokjin instintivamente tomó a Jungkook entre sus brazos y lo dejo nuevamente en la manta, rogando para que su hijo se distrajera lo suficiente, le entregó un pequeño cuenco con cereal al pequeño. Mientras corría hacia el extraño, una vez que estuvo nuevamente cerca, mirando de reojo a su pequeño quien parecía muy concentrado en su merienda, tocó el cuello del hombre rogando por encontrar alguna señal de vida. Le costó mucho, pero una vez que encontró el pulso, giro con delicadeza el cuerpo del hombre y por segunda vez en su vida su mundo se cayó a pedazos.

Aquel rostro era el mismo que había visto cuando creyó que había muerto, aquella blanquecina piel era inconfundible, y el olor pese a estar disminuida por la sangre y suciedad que lo envolvía era el mismo que había sentido en los celos que provocaban sus padres como castigo, frente a él estaba la persona que tanto ansío conocer un día. La persona cuya voz, le había pedido tantas veces que no se dejará vencer, el mismo que lo había protegido.

Su destinado.



Y FIIIIIIIIIIIIIIIN, ¿quedaron con dudas no es así? Les había dicho que todo se resolvería en el segundo libro, así que si quieren saber cómo continúa esa historia estén atentas a la historia, ya publiqué el perfil de personajes y espero comenzar el fin de semana con el primer capítulo, infinitas gracias por todo su amor y apoyo esto no hubiese sido posible sin ustedes. Como siempre sus dudas, (que tratare de responder sin hacer spoilers) amenazas de muerte y mensajes de amor acá abajo 😍👇

El omega perfecto #1 |Namjin|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon