•Entrega• Capítulo 20

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Las semanas había pasado y desde aquel primer beso el alfa no había mostrado mayor interés en acelerar las cosas entre ellos, incontables horas habían pasado recostados uno junto al otro con sus extremidades entrelazadas aspirando el aroma ajeno. Seokjin había escuchado incontables historias sobre la vida  de su Alfa y pese a su rechazo inicial podía sentir cierta empatía ante las situaciones que había tenido que atravesar, él no se no se consideraba una persona narcisista pero había estado tan ensimismado en su dolor que había olvidado que había personas que la habrían pasado peor que él, desde el primer momento había adentrado en su mente el pensamiento de que el alfa era un monstruo sin ningún dolor en su vida más que él rechazó que habia sufrido por el beta Jackson pero grande había sido su sorpresa al escuchar como la tragedia lo había golpeado en cada instante.

Él pese a todo lo que había sufrido había tenido sus respiros cargados de amor gracias a Hoseok y su pareja pero el Alfa apenas había logrado tener momentos de felicidad antes de perder a las personas que amaba en circunstancias trágicas, él no había mostrado su apoyo con mayores palabras pero las caricias que depositaba en la desnuda dermis a su lado decía mucho.
Estaba perdiendo la batalla ante los sentimientos que ahogaban su ser, no podía definir si aquello que sentía era amor o la simple empatía ante el sufrimiento ajeno, pero sentir que era el soporte del Alfa que se mostraba vulnerable ante él lo hacía sentirse cálido y apreciado como nunca antes, el lazo lo hacía sentir la veracidad de los relatos narrados y eso hacia que sus defensas bajarán aún más. Sus días habían constado de mimos, comidas de la mejor calidad y un sinfín de historias ajenas. Pese a la compulsión que sentía por desahogarse con su Alfa en retribución a la confianza que el mismo le había entregado sentía sus labios sellados gracias al temor que habían infundado en él con el correr de los años, su garganta se dividía entre dejarse llevar por lo que su lobo le pedía a gritos hacer o cumplir con el deber para el que fue enviado a esa aldea.

Tomando una respiración profunda sabía en el fondo cuál era su decisión y lloro en silencio por ella. 

—¿Puedo besarte? —Susurro mientras acariciaba la morena y ancha espalda de su Alfa, sintió como se estremecia ante sus caricias. Ojos azules lo miraron y escucho con claridad el gruñidos que retumbo en el pecho ajeno.

—Puedes hacer conmigo lo que quieras omega, soy tuyo—Aquella potente voz era del lobo que gobernaba su Alfa y tomo aquello como una afirmación.

Saboreo la dulzura de la saliva del alfa, en compas de sus labios moviéndose con suavidad, jamás había entendido el gusto a un acto tan simple como aquel hasta que lo probó por su mismo. Los dientes del Alfa se mordisquearon su labio inferior en su permiso silencioso para adentrarse en la húmeda cavidad, Seokjin apretó el agarre en las hebras rubias hebras logrando así profundizar el beso, oía el gruñido al tiempo que sus lenguas se deslizaban la una sobre la otra. Una sensación de calor se apretó en su ingle y una gota de humedad se deslizó por sus muslos, aquel beso le estaba haciendo sentir excitación más allá del celo lo cual era algo que jamás había experimentado.

Dejando a un lado sus inhibiciones se colocó encima de su regazo, agradeciendo la orden que había impartido el alfa para permanecer desnudos, aquel primer contacto de sus miembros lo hizo arquearse ante la sensación.

Las manos del Alfa parecían temblar cuando llevo sus manos a las caderas del omega con la misa súplica para aumentar la fricción entre sus miembros, Seokjin se sentía a morir con cada roce y los besos estaban acabando con su autocontrol, su omega le pedía a gritos adentrar aquel grueso falo en su interior pero no quería apresurar sus acciones quería saborear y dejarse llevar por las sensaciones que nunca pensó sentir. Aquel Alfa había robado un trozo de su alma y los gemidos compartidos eran la confirmación de ello.

—Seokjin, Seokjin. — repetía el alfa como un mantra, besando donde el pulso del omega era notable, deleitandose con el vaivén que ejercía con sus caderas y el olor de la excitación de ambos que se mezclaba.

—No tenemos que hacer nada más, dime y me detendre.

—Pero yo no quiero que lo hagas—Susurró besando los labios entreabiertos, tragando los gemidos que escapaban sin control de la boca del alfa.

Su mano de dirigió al miembro del Alfa masturbandolo brevemente para después y de manera lenta penetrarse con él, la sensación de ser invadido lo hizo sollozar, podía sentir sus parejas abrirse para recibir el grueso falo del Alfa y su lubricación empapaba sus muslos y los ajenos prueba de la excitación que sentía. Tomo un respiro juntando su frente con la contraria, deleitandose con el amor que parecían profesar los orbes frente a él. Lo Beso de manera casta.

El Alfa siseo una vez que estuvo dentro en su totalidad, sus anteriores experiencias con el omega habían estado cargadas de ira y presos del celo, ahora que estaba en control podia sentir como su miembro era apresado por la húmeda y estrecha calidad de su omega, sentía lágrimas picar sus ojos ante la vista ante si.

El sudor cubría la pálida piel de su omega, sus labios hinchados y rojizos producto de los besos compartidos, quería adentrarse en su ser y nunca dejarlo ir, estaba obsesionado más allá de las palabras y pese a que no esperaba que su omega tomase la iniciativa para un acto sexual se sentía agradecido por ello.

Podía imaginar su futuro, con cachorros corriendo por su manada, producto del amor que estaba seguro ambos empezaban a sentir, aún quedaban barreras que derrumbar entre ellos pero por ahora disfrutaría del tan esperado momento íntimo.

Seokjin gimio, ascendiendo y descendiendo, la velocidad aumentaba conforme el dolor inicial iba disminuyendo. El Alfa se unió a sus movimientos embistiendo de manera gradual, la lamiendo sus labios entreabiertos mientras se aferraba a su cintura.

Una embestida en particular lo hizo gemir profundamente, sintió como un punto en su interior era golpeado, la sensación era tan exquisita que sentía las lágrimas corriendo por sus mejillas,  se aferró a los hombros del Alfa clavando sus uñas de manera leve cuando el punto era golpeado nuevamente.

—¿Te estoy dañando?—Pregunto el alfa, deteniendo sus embestidas al notar las lágrimas que bañaban el rostro del omega.

—No, Namjoon, no. Por favor Alfa continúa. —Pidió moviendo sus caderas con mayor fervor.

Namjoon sintió su orgasmo crecer al escuchar por primera vez saliendo de los labios de su omega entremezclado con gemidos de placer, se concentró en tocar con sus embestidas el punto de placer de su omega sonriendo cuando lo escuchaba gritar. Su lobo se sentía insatisfecho ante ello, podía sentir como una parte de él se moría por tomar el control así que decidió seguir sus impulsos.

Sujetando las caderas de su omega, lo giró colocándose el encima. Sus ojos azules se encontraron con los confundidos de Seokjin, sonrió dejando entrever sus colmillos antes de sujetar con su mano la pálida garganta que se extendía ante él, comenzó a embestir de manera rápida a la par que su agarre se afianzaba, tenía miedo en el fondo de haber echado por tierra los progresos que había logrado con su omega cuando lo veía luchar por aire, sin mayor contemplación clavo sus caninos en la marca de su unión dejando que su semen inundara el cálido canal que lo acogía, escucho un grito profundo y una cálida sustancia manchar su vientre. 

Sorprendido miró como ojos verdes parecían atrvesarlo, y una perezosa sonrisa se extendía por la cara de su omega, ambos lo habían disfrutado a pesar de la rudeza que había mostrado en el último momento, sus labios se encontraron de manera lánguida, mientras sentía su nudo crecer obligándoles a permanecer juntos, aquello fue la confirmación de todo, Seokjin al fin era suyo.












Seokjin aún sentía la bruma del orgasmo apoderarse de él, quería quedarse para siempre entre los cálidos brazos que lo estrechaban, pero sabía que ninguna felicidad podía durar para siempre, y los golpes que se escucharon afuera de su hogar seguido de las palabras:

"El padre de Seokjin a llegado. Sellaron su trágico destino"
























Hemos recorrido un largo camino para llegar a este punto, al fin los dos enfermos se rindieron ante sus emociones. Ojalá todo fuera color de rosa pero les estaría mintiendo, falta poco para que esto acabe y estoy llorando por ello, espero traerles más capítulos mañana :( 

El omega perfecto #1 |Namjin|Where stories live. Discover now