•Vidas cruzadas• |Capitulo 1|

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Desde el día de su nacimiento, Seokjin fue entrenado para este momento; que él lo desease o no, era algo que no tenía ningún tipo de importancia. Estaba plenamente consciente de que cualquiera queja por su parte seria traducido como una falta de respeto hacia la autoridad de sus padres y el resultado sería un castigo muy duro. Y por supuesto no deseaba eso, no cuando aún se estaba recuperando de su último encuentro con su salvador desconocido.

—Levanta la mirada, hijo. Es tu deber representar a esta manada gracias al enlace que tu madre y yo nos encargamos de realizar. Si bien no fue fácil ya que tu futuro prometido estaba encaprichado con un beta. —Su padre no pudo evitar gruñir ante las últimas palabras, como si para él fuera imposible siquiera pensar en un emparejamiento así— Gracias a dios los altos miembros del consejo intervinieron y lograron acabar con esa locura, con un poco de nuestra ayuda claro está.

Seokjin no pudo evitar el ligero temblor que sacudió su cuerpo ante esa declaración, él sabía muy bien lo que su padre, el gran Ji Yong, alfa absoluto de su manada era capaz de hacer para poder alcanzar sus objetivos. Él mismo no era nada más que un peón en el muy elaborado tablero de ajedrez de su padre, un peón que no sería desechado mientras siguiera siendo de utilidad.

—Seokjin, tesoro, sabes muy bien que esta unión nos beneficiará para poder aumentar nuestros dominios, algo con lo que tu padre y yo siempre hemos soñado y que gracias a ti podremos lograr. Estoy orgullosa de ti.

La participación de su madre en la conversación lejos de provocarle emoción dada sus palabras aparentemente repletas de orgullo, solo lo hizo estremecerse aún más. Su madre podía ser, si se lo proponía aún más despiadada que su padre. Pero su actuación de madre cariñosa podría llegar a convencer a cualquiera que los observase desde afuera.

Seokjin lo sabía; sus padres ya tenían un plan en marcha y él sería fundamental para que se llevase a cabo. Quería preguntar quién era aquel alfa, entender porqué sus padres querían expandir sus territorios a pesar de tener una de las manadas más grandes de todo Seúl. Pero era consciente que debía esperar el permiso de sus padres para poder siquiera hablar.

—SeokJin, el destino de nuestra manada esta en tus manos. No puedes permitir ningún error en este enlace, es hora de que pongas en práctica todo lo que has aprendido hasta ahora. Debes ser totalmente perfecto para que tu alfa no pierda el interés en ti, al menos hasta que llegue el momento adecuado. —Una aterradora sonrisa se dibujó en el rostro del alfa mientras sujetaba fuertemente el hombro de SeokJin- Debes prepararte, él estará aquí pasado mañana. Así que dile al sirviente que te ayude a estar adecuado para el encuentro. Y no lo olvides, SeokJin, no puedes arruinar esto o habrá consecuencias para ti. Ahora retírate.

Jin obedientemente se fue de forma silenciosa de la habitación, procurando que el temblor de sus piernas no afectase su caminar.

El terror lo invadió; sabía que tenía que cumplir con aquella orden pero él no tener siquiera información del alfa con el que debía enlazarse lo aterraba. Sus interacciones con otros alfas eran escasas, sus padres siempre lo mostraban como un objeto de colección que no debía ser tocado, era el objeto de deseo de todos los que habían tenido la suerte de verlo en las escasas reuniones a las que sus padres los habían arrastrado, con el único con el que alguna vez había estado relacionado de manera más íntima si podía considerarse así era con el extraño que lo ayudaba en sus celos, del resto se mantenía aislado. Si bien SeokJin estaba entrenado para ser sueño de cualquiera alfa, tenía miedo de no poder cumplir su papel a la perfección.

Suspirando, decidió adentrarse en la habitación de su criado, aquella única persona en la que podía confiar en su imperfecto mundo sobre sus temores e inseguridades, e internamente rezó para que aquel alfa lo ayudase a salir del infierno que era su vida.

El omega perfecto #1 |Namjin|Where stories live. Discover now