Capítulo veintiocho

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Dumbledore explicó, después de que todos comiesen, en qué consistía la selección de los campeones, también presentó a quienes lo organizaban, el señor Crouch y Ludo Bagdman.

Quienes querían participar en el torneo, que tuvieran ya diecisiete años, tenían apenas veinticuatro horas para colocar una hoja de pergamino con su nombre en el cáliz, mientras que los menores solo renegaban por la raya de edad que les impedía intentar concursar y llevarse ese jugoso premio de mil galeones.

Al termino de la cena, en la puerta del gran comedor se armó revuelo debido al magnífico Harry Potter, donde Karkarov y sus estudiantes se quedaron completamente asombrados, hasta que felizmente, Moody intervino dejando que pudieran desplazarse a sus salas comunes.

El día sábado, Bianca se encontró completamente sola al despertar, incluso Nicola no se encontraba en la habitación; se levantó y se arregló un poco para irse al Gran Comedor a desayunar, dándose cuenta de la razón de la madrugada: El cáliz de Fuego. Todos contemplándolo, hasta Nicola desde su mesa. Llegó justo en el momento perfecto, en el que los gemelos fueron expulsados de la raya de edad que rodeaba el cáliz, e inmediatamente les salió una graciosa barba larga y blanca parecida a la de Dumbledore.

La pelirroja profirió una carcajada algo exagerada, llamando la atención de Nicola quien recién cía en cuenta de su presencia.

- ¿Qué clase de horas para desayunar son estas?

- Las mismas de siempre, para mí. ¿Qué pasó que decidiste abandonarme por venir?

- Quería ver ese tipo de intentos por participar. ¡Ah!- decía cuando un murciélago pasó justo por su cabello.- Hablando de su familia, ¿ya viste a Snape? Se tienen abandonados.

- Iré justo ahora, solo comeré algo y voy.

Una linda melena rubia apareció en el Gran Comedor captando la atención de Bianca y Neecks. La azabache terminó la comida que tenía en la boca y levantó el brazo haciéndole una seña para que fuese con ellas.

- Hey, ojos lindos, siéntate con nosotras.

- Hola, Nicola. Hola, Bianca. ¿Cómo están en este bonito día?

- Aceptable.- dijo Riddle llevándose una tostada a la boca.- ¿Y tú?

-Bien, supongo. Otra vez me robaron una de mis zapatillas, creo que a los Narggles se les hace divertido...

- ¿Narggles? Disculpa mi ignorancia, pero no sé quienes son.

- Son unas criaturas que habitan en el muérdago. Tienden a robar las pertenencias de los demás. Hablan de ellos en el "Quisquilloso".

- La revista de tu padre.- afirmó Bianca, confundida por las criaturas mencionadas.

-Sí, esa.

Estuvieron hablando, y admirando la combinación de zapatillas de la rubia, por un rato hasta que la pelirroja se levantó despidiéndose y de camino a las mazmorras con algo de esperanza de que Snape tuviese algo de tiempo.

El mayor estaba corrigiendo unos trabajos de quinto, ya algo cansado, cuando la puerta se abrió sin previo aviso. Ya estaba a punto de llamar la atención del imprudente, pero la cabeza de su chica se asomó mirándolo sonriente.- ¿Puedo pasar?- dijo tiernamente, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Adelante.

Vio cómo dejaba su bolsito a un lado para ir directo hacia él y darle un pequeño beso en los labios. Sonrió involuntariamente y la chica se rió.

- Extrañaba ver esa expresión de felicidad en tu rostro.

- Yo extrañaba tus besos. Siéntate, terminaré de corregir esta basura y te atiendo.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Aug 21, 2019 ⏰

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La hija del Señor Tenebroso (Severus Snape)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz