Al día siguiente no habían rastros de la tormenta. Bianca y Nicola fueron a clases y vieron a la profesora Burbage en la tarde y, aunque ya estaba claro que entre Severus y la mujer no había nada más que una amistad, la pelirroja seguía actuando con agriedad hacia ella.
No vio a Severus sino hasta la clase de pociones que tenía con los gryffindors.
Bianca se dio cuenta que la actitud de Severus era más fría y no pudo evitar enojarse cuando descargó su furia contra el pobre de Neville.
Al término de la clase recogió lentamente sus cosas y con un pequeño gesto le dijo Nicola que luego la alcanzaba. Por fin se quedaron solos cuando la puerta se cerró y se acercó a él que se encontraba de espaldas revisando las cosas en su armario.
- Severus, ¿podemos hablar?
- ¿Eh? Ah, sí. Claro.
Bianca se sentó en la silla de su escritorio mientras el seguía revisando sus cosas.
- ¿Podrías decirme qué sucede? Estás más... no sé... Enojado y has hecho sufrir a Neville, aunque respecto a eso no hay tanta diferencia.
- No pasa nada, amor. Tranquila.
- A mí no me engañas. Habla ahora.
- Sólo me incomoda la presencia de Moody. Aún no entiendo por qué Dumbledore pensó en contratarlo como profesor.
- No eres el único que se pregunta en qué pensó el viejo. Aún no he tenido clases con él, hasta hoy, pero no sé cómo vaya a actuar si me reconoce. No quisiera que le recuerde a medio colegio quién es mi padre.
- No dirá nada. Dumbledore ya le habrá advertido, pero si te hace o dice algo que te ofenda, dímelo y yo mismo me hago cargo.
- Gracias. En serio.
- Eres mi novia, debo protegerte.
Bianca se levantó y lo besó. Al mayor le causó gracia que su pequeña tuviera que ponerse en puntas de pies para alcanzarlo y la sentó en el escritorio. Se preguntaba qué había hecho para tener a alguien tan maravillosa como ella. Siempre lo hacía.
- ¡Oh por Merlín! ¡No era necesario encontrarlos así! ¡Mis ojos!- se escuchó una voz a sus espaldas que los alarmó y tuvieron que separarse.
- ¡Carajo, Nicola! ¡Nos asustaste!
- ¿Acaso yo tengo la culpa de que no cierren bien la puerta? Si van a hacer cochinadas, que por mantener mi mente sana no imaginaré, les recomiendo cerrar la puerta.
- No íbamos a hacer nada, MointClaire.- dijo Severus entre incómodo y enojado.
- ¿Ah, sí? Entonces explíqueme por qué mi amiga estaba sentada en el escritorio con usted en medio.
- Neecks, hazme el favor de no molestarnos.
- Bien. Deberían agradecer de que sólo fui yo y no McGonagall u otro profesor que no sepa de la existencia de su relación. Que lindo escándalo hubiera sido, ¿eh? Ahora apresúrate que llegaremos tarde a la siguiente clase.
- ¿No te había dicho que te adelantarás?
Se acomodó la ropa y le dio un corto beso en los labios.
- Te veo luego, ¿si?
- Está bien.
- Romeo, tu Julieta te esperará acá en su mazmorra, ahora vamos de una vez.- dijo Nicola viendo con diversión como Snape trataba de no echarle un cruciatus.
La pelirroja tomó de la muñeca a Nicola y se la llevó fuera de la habitación. Un poco más alejadas en el pasadizo la miró y le dijo:
- Sabes que te arriesgas al hablarle así, ¿no?
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La hija del Señor Tenebroso (Severus Snape)
FanfictionEl señor tenebroso tuvo una hija. Ella fue criada por la mortífaga más fiel entre sus filas, Bellatrix Lestrange, la mujer más cruel a la que le tiene más odio después de tantos años de sufrimiento. Cuando ella llegue a Hogwarts todo cambiará. Prim...