Capítulo nueve

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El suelo estaba completamente inundado y pudo ver a Potter junto a Wealey y Granger. Los miraron sorprendidas.

- ¿Qué han hecho?

- No fuimos nosotros.

Bianca alzó la vista y logró visualizar a la gata del celador Filch, la señora Norris, colgada de la cola en un umbral, completamente inmóvil. Muchos comenzaron a llegar del comedor lo cual significaba que la cena de Halloween había finalizado. Todos miraban hacia la pared donde había un mensaje sangriento.

- >. Los siguientes serán los sangre sucias.- dijo Draco leyéndolo.

- ¡Draco! ¡Mide tus palabras si no quieres que esto termine! ¡Mi padre es hijo de muggles!

- Lo siento, Neecks.

- Okay. ¿De qué me perdí?

- De mucho.

- Apártense.- dijo Dumbledore.

Todos comenzaron a ser ahuyentados por él mientras Filch comenzaba a perder la cordura que supuestamente tenía. El trío dorado junto a Matsuoka con Ryddle comenzaban a irse pero el profesor les ordenó quedarse.

- Primero que todo,- comenzó Bianca.- ninguna de nosotras hizo nada. Nosotras volvíamos de un castigo con el profesor Snape.

- ¿Eso es verdad, Severus?

- Lastimosamente, es verdad.

- Bien, entonces, ¿puedo ir a matar a alguien llamado Draco Malfoy por estar saliendo con mi mejor amiga?

- ¿Qué Draco está saliendo con quién?- preguntó Harry algo fuera de sí.

- Con MointClaire, San Potter.- dijo Matsuoka.

- Calmen su pelea infantil y ustedes dos- dijo Severus señalándolas.- lárguense de aquí.

Bianca se fue a la torre de Gryffindor y se fue a su habitación viendo a las mismas idiotas de siempre y a Nicola que estaba echada en su cama leyendo un libro muggle y se abalanzó contra ella.

- Bastarda desleal, ¿cómo te atreves a liarte con Malfoy?

- Haciéndolo, duh.

Ella se acomodó a un lado de la cama mientras la Weasley menor y Degregorie las miraban sorprendidas.

- ¿Qué miran, perras? CONSÍGANSE UNA VIDA. ¿Qué mierda fue lo que pasó? Yo no te eduque para esto.- dijo en tono de decepción.

- No lo sé, simplemente sucedió. Solo déjalo ahí.

- Ahhg.- gruñó y se fue a dormir.

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Días después de que petrificaran a la gata, se abrió un club de duelo que dirigían el profesor Lockhart junto con el profesor Snape. En uno de sus muchos castigos, Ryddle y Snape se habían puesto de acuerdo en que era denigrante trabajar con ese tipo. También habían pactado un juego entre ellos. Quien entrara en su mente primero y lograra ver los recuerdos más profundos del oponente, ganaba y el perdedor haría lo que el otro quisiera el año siguiente. Ahora ellos no dejaban de competir, lo que hizo que Snape se diera cuenta de lo buena que era esa niña en Oclumancia.

Nicola y Bianca caminaron hacia el gran comedor donde sería el taller y todos rodeaban una tarima.

Lockhart se subió a la tarima e hizo una breve introducción donde explicaba que Dumbledore había sugerido esa forma de instrucción para poder defenderse. Explicó también que el profesor Snape también les enseñaría y lo presentó como su ayudante, cosa que Bianca tomó como un insulto.

La hija del Señor Tenebroso (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora