Capítulo quince

1.2K 118 14
                                    

Después de varias semanas de visitar el bosque y la casa de los gritos, Sirius le había pedido a Bianca que le comprara una Saeta de Fuego a Harry por las navidades dándole el dinero que necesitaría. En el partido de Quidditch, los dementores habían atacado a Potter ocasionando que su escoba volara al Sauce Boxeador.

- ¿De dónde sacaste este dinero?

- Es un secreto

- ¿Lo robaste?

- No, lo tenía escondido.

- Sí, cómo no.

Sirius había visto las facciones de la chica determinando que era la viva imagen de su antigua amiga. Igualmente hermosa junto a sus orbes castaños con la mínima excepción que los de Bianca tenían un brillo de melancolía mientras que los de ella alguna vez rebosaron llenos alegría. Las facciones de su rostro le daban un aspecto adulto asemejándolas aún más: la misma nariz, la misma forma del rostro, los mismos labios curvados, la única diferencia que podía detectar era el cabello rojo el cual contrastaba enormemente con las largas hebras negro azabache de su vieja amiga.

Bianca se fijó que el adulto se le había perdido la mirada en ella. Agitó la mano enfrente de su rostro y Sirius volvió a concentrarse.

- Perdón, es que... Me recuerdas a alguien.

- ¿Así? ¿A quién?

- Una amiga a quien conocí antes de que la matara Vol...

- Mi padre.- dijo con la cabeza baja.- Lo lamento.

Sirius le levantó el rostro y sus ojos miraron los suyos, luego pasó la mirada sus labios que le recordaron otra vez a su amiga.

- No te disculpes. No tienes la culpa de lo que tu padre hizo.

- Lo sé pero no esperes que no lo sienta. Te llevaste una sorpresa cuando te enteraste que era hija de él. Remus también se quedo asombrado.

- ¿Remus? ¿Remus Lupin?

- Sí ¿Eras su amigo?

- De hecho, eramos algo más que amigos.

- ¿ERES...?

- Bisexual ¿te afecta?

Bianca sonrío y negó con su cabeza. Ese hombre le agradaba cada vez más y ahora ya sabía como molestar a Lupin y a él.

La pelirroja le había llevado comida constantemente y los dos se la comían cada vez que ella lo iba a visitar. Al animago le agradaba la compañía de la chica puesto que era la primera que lo trataba con amabilidad después de los doce años en los que había estado encerrado en Azkaban.

El cielo ya se había oscurecido sin que se dieran cuenta hasta que ella sintió un vacío en su estómago y se levantó del suelo.

- Tengo que irme.

- Está bien pero volverás...

- Mañana en la noche. Recuerda que tengo clases. Ya en la Navidad vendré más seguido y eso que casi siempre nos vemos.

- Está bien. No te olvides de comprarle la escoba a Harry.

- No lo olvidaré. Adiós.- dijo dispuesta a darle un beso en la mejilla pero Sirius giró su rostro besando sus labios.

Ella se separó de golpe y se rió dándole un ligero golpe en el brazo.

- Si no fuera porque ya es tarde y quiero comer algo, te mataría, Black.

- Lo siento. Es que quería saber cómo era besarte.

- Bueno, ya lo hiciste. Ahora, me voy a comer. Te veo mañana.

La hija del Señor Tenebroso (Severus Snape)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang