En una Simple Expedición de rutina Encabezado por las Exploradoras, Phineas Flynn es invitado a ser parte de una expedición a las afueras de Danville junto con las demás chicas, todo resulta ir bien en el viaje al inicio de este, pero, no obstante...
Mi Madre y yo estábamos ya en casa, pero una vez adentro, nos encontramos con algo que no esperábamos exactamente.
- Isabella: Ehh... Mamá, ¿robaron la casa?
- Vivían: No Isabella, no exactamente es eso.
- Isabella: Entonces... ¿Por qué la casa está como si hubiera pasado un Typhon?
Una vez en la casa, mi Madre me explico que cuando hubo noticias mías y de Phineas, fue a buscar muchas cosas para prepararse e ir al Hospital, pero, que hizo ello de forma tan frenética que "destruyó" media casa en el proceso.
- Vivían: Al saber del paradero de ustedes dos hija, una mezcla entre preocupación, emoción y alegría me invadieron tanto que creo, creo yo, que de forma inconsciente, pues... la casa... Bueno, ya ves jeje.
- Isabella: Bueno, el punto es que ya estamos aquí ¿No Mamá?
- Vivían: Claro que si Cariño.
- Isabella: Bueno, que tal si comenzamos a "reconstruir" la casa.
- Vivían: Claro que por supuesto de seguro que NO hija.
- Isabella: Pero Mamá...
- Vivían: Tienes un tobillo que necesita reposo... ¿Ya se te olvidó de dónde venimos Isabella?
- Isabella: Pero...
- Vivían: No te preocupe por estas cosas hija, primero quiero que te recuperes pronto de tu tobillo. ¿Esta bien?
- En lo que me encargo de aquí, tu ve a tu cuarto a descansar.
Mi Madre tenía toda la razón, debía prestarle más atención a mi recuperación, por lo tanto, me fui a mi cuarto a descansar como ella me lo pidió, pero, al entrar a mi cuarto...
- Isabella: Ooohh... Va-aaya, se me había olvidado esto.
Mi Cuarto no era tan diferente al resto de la casa, había olvidado que de las veces que estuve aquí, hice uno que otro desastre aqui producto de la frustración.
- Isabella: Bueno, aprovechando que mi Madre hace la casa, creo que sería mejor que yo me encargara de aquí.
Había tantos papeles y muebles a medio caer que no sabia por dónde empezar, pero, sin hacer mucho ruido y con mucho cuidado me puse a levantar toda mi habitación.
Tenía que ser silenciosa para que mi Madre no se diera cuenta que no estaba reposando como me lo había pedido, además sentía que debía estirar los músculos un poco.
En medio de la limpieza, mi pie tropezó con algo con lo que me había tropezado antes.
- Isabella: Con que eres tú otra vez...
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