💖 Phineas y Ferb (Phinbella) //EL DÍA QUE DESAPARECIÓ PHINEAS// 💖

Capitulo 8 - Sueños y Pesadillas

Ahí estaba yo, recorriendo la gran inmensidad del cielo, veía toda la ciudad con una gran claridad, apreciando una vista espectacular desde las alturas, observaba a la gente moverse con naturalidad, todo parecía tranquilo, las personas convivían entre sí, llevaban sus vidas normales y pacíficas, volaba a través de los edificios por toda la ciudad, la sensación de libertad era tan increíble e indescriptible.

- Isabella: Woow... la ciudad se ve verdaderamente hermosa desde aquí, se siente tanta paz.

Comencé a volar más y más allá, hasta lograr alcanzar las nubes y ver el sol directamente en mi rostro, podía sentir todo su calor mientras abría mis brazos para recibir sus cálidos rayos, después me arrojé entre las nubes, era maravilloso, atravesar las nubes era muy divertido y placentero, atravesaba una tras otra y una tras otra. Más adelante observaba bajo de mí, el vuelo de varias aves y fui a seguirlas.

- Isabella ¿A dónde van lindos Patitos?

Cuando vi, también había otras aves, aves que probablemente estaban emigrando, al parecer eran Grullas y en otra parte había Golondrinas, las seguí por un buen rato volando junto con ellas, es sorprendente las distancias tan largas que recorren estos lindos animales hacia lugares más cálidos.

Tiempo después de haber estado con las aves, regrese a la ciudad, no sé cómo, pero el atardecer ya había llegado, cuando juraría que solo habían pasado pocos minutos, pero aún así tenía ganas de explorar más, en un punto de mi vuelo estaba contemplando el bosque.

Isabella: No hay nada como los paisajes naturales, con su inmensa cantidad de flores y áreas verdes, donde la fauna silvestre vivía sincronizada con la Madre Naturaleza, y como olvidarme de las grandes lagunas, ríos y ... ¿cataratas? 

No sé qué me paso en ese momento, pero de repente al mencionar esa palabra me hizo sentir extraña, como si algo no anduviera bien, pero antes de poder analizar lo que sentía, escuche un grito de ayuda – ¡¡Ayúdenme por favor!! ¡¡Ayuda!! ¿¡Alguien puede oírme!?

No dude ni un segundo, y a toda velocidad me dirigí al rió donde estaban solicitando ayuda, pero...

- Isabella: ¿Phineas? ¡¿Phineaaas?!

¡¡Era Phineas quien solicitaba mi ayuda!! Estaba paralizada, pero... aun así, sin darme cuenta, ya iba en camino para socorrerlo, Phineas estaba a punto de caer por una tenebrosa cascada, entonces yo aprete mis puños con toda mi fuerza aumentando mi velocidad al máximo, yendo más allá de mis limites, faltaban pocos segundos para su inevitable caída, pero en un último intento de resistencia, Phineas estiro su mano todo lo que podía, y ese fue el instante en el que logré sujetarla con la mía, entonces en ese momento emprendí el vuelo hacia lo alto para ponerlo fuera de peligro.

- Isabella: ¡¡Phineas!! ¡¡Te tengo!! No te preocupes, todo estará bien, ya estas a salvo.

- Phineas: ¿Segura que estoy a salvo?

- Isabella: Si, estás conmigo a mi lado, no tienes que temer ahora.

- Phineas: ¿Segura que estoy a salvo? ... Isabella

Las palabras de Phineas comenzaron a inquietarme un poco, pero en ese exacto momento el cuerpo de Phineas comenzó a convertirse en agua mientras lo sostenía, no sabía que pasaba, estaba confundida e impactada por lo que veía, después Phineas me miro a los ojos de forma penetrante.

- Phineas: ¿Por qué Isabella? ¿Por qué no me salvaste antes? ¿Por qué dejaste que cayera en primera estancia al rio? ¿No se supone que nunca me expondrías al peligro? ¿No se supone que eres mi mejor amiga? ¿Creí que siempre podría contar contigo? Se supone que eres la mejor de las exploradoras que existen, cosa que por ello tienes el titulo de líder, ¿Un líder dejaría que pasara algo así? ¿Cómo permitiste que me pasara esto? ¿Creía que podía confiar en ti?

Las palabras de Phineas me hacían sentir como me trozaban desde adentro.

- Isabella: Phineas, PHINEAS ... yo... es que yo... lo siento, en verdad lo siento, no pude hacer nada, no sabía que ocurriría todo esto.

- Phineas: Yo en cambio hice lo que pude para sacarte del rio, pero... al parecer no me correspondiste con el mismo favor, me fallaste Isabella... ME FALLASTE.

En ese instante Phineas se comenzó a evaporar frente a mí, su mirada no dejaba de observar mis ojos, eran ojos de decepción, el siguió desintegrándose hasta que dejo mis manos vacías, no podía hablar, mis manos estaban temblando, un agudo dolor invadía mi pecho sintiendo algo roto dentro de mí, de repente las nubes comenzaron a oscurecerse a mi alrededor, haciendo que se formara una tormenta, me quede volando en medio de la tempestad sintiendo las sofrías gotas de la lluvia.

- Isabella: Phineas yo, lo siento, yo no quería... ¡¡yo no quería esto!! ¡¡yo nunca quise que pasara todo esto!!

Desprevenidamente comencé a caer del cielo, es como si hubiera perdido mi habilidad para volar, por más que intentaba, no podía volver a subir, lentamente veía como me acercaba a una ineludible y peligrosa caída, descendiendo al mismo rio donde perdí una parte importante de mí propio ser, y justo al estrellarme con el agua...

- Isabella: ¡¡Phineas!! ¡¡Phineaas!!

Me levante precipitadamente, no sé qué había pasado, pero estaba agitada y sudando por la gran tensión que experimente, respiraba agitadamente.

- Isabella: ¿Qué fue eso? ¿Todo fue un sueño?

Al parecer todo lo que había visto no era real, al parecer se trataba de una pesadilla, comencé a tratar de respirar más despacio para relajarme, cerré los ojos un momento para concentrarme y tranquilizarme, consecutivamente volvía abrir los ojos poco a poco, así para observar donde estaba. Me percate que me encontraba encima de una cama con una venda en mi mano, pero por el shock que había sentido hace poco, no lograba reconocer el lugar, estaba mareada y aturdida, mi vista estaba algo borrosa, la luz me lastimaba.

- Isabella: ¿Dónde estoy?

De repente... unas siluetas comenzaron a acercarse hacia mí, pero... así como se acercaban, yo empezaba a volver a recostarme, al parecer me había levantado muy precipitadamente de la cama, dando como resultado una sensación de debilidad, cosa que me obligo a caer recostada nuevamente mirando solo hacia el techo, exhausta... fui cerrando mis ojos paulatinamente, hasta el punto de irme perdiendo en mis propios pensamientos, como si sonara una melodía en mi cabeza...

Esperaba lograr encontrar algo de paz, cosa que realmente dudaba poder hacerlo en ese momento, ya que realmente sentía mi cuerpo como si fuera plomo, pero por desgracia solo tenía la opción de ser paciente hasta sentirme mejor, lo malo... es que en ese momento detestaba tener que esperar.