14 • Sobre sentimientos encontrados.

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Escucho la puerta sonar e inmediatamente voy hacia a ella. Al abrirla, me encuentro con una medio sonriente Savka.

—Adelante. Bienvenida a mi segundo hogar, en el que paso la mayoría de mi tiempo y es mi lugar favorito en todo el mundo.

Al entrar, explora todo el lugar con su mirada. Mira cada uno de los lienzos que tenía colgados en las paredes, y yo sólo la observo. No son demasiado personales estas obras, no soy esa clase de pintor. Pero tampoco dejo que cualquiera los vea. Ella es una de los pocos que han venido para acá.

—Es un lugar muy lindo —dice—. Pensé que estaría todo lleno de pintura, habría pinceles, envases con pintura o agua por todos lados.

—Oh, es que este es el espacio ordenado. Ya sabes, para dar una buena primera impresión. Aquí ocurre la magia —camino hacia otro espacio del lugar, el cual consiste en una habitación que contiene todo mi pequeño desorden.

—Ahora, esto sí era lo que me esperaba —rió.

Bueno, tal vez no es tan pequeño. Hay manchas de pintura en las paredes que se han creado con el tiempo, algunas accidentales, otras intencionales. Algunas veces se me caen los envases con pintura en el suelo y es por ello que la alfombra que cubría toda la habitación está manchada de diferentes colores. Hay algunas hojas de papel arrugadas aquí y allá, envases vacíos, pinceles, brochas y otros utensilios.

—¿Por qué el suelo es una... alfombra?

—Suelo estar descalzo, me fastidia tener los zapatos puestos —explico mientras miro mis medias—. A veces me duermo aquí, incluso allá en aquél rincón tengo algunos cojines. Decidí mandar a hacer una alfombra grande para tener más comodidad. Y no te preocupes, las manchas que están aquí están porque no salen —río un poco—. Siempre la lavo, siempre está limpia.

Ella asiente y sonríe.

—Bueno... ¿qué me enseñarás a hacer?

Sonrío yo y es cuando comenzamos a practicar. Hago que se siente frente al lienzo en blanco, le doy algunas pinturas y pinceles de distintos tamaños, y dejo que experimente. De vez en cuando, me pongo de pie detrás de ella y guío su mano para que sus trazos sean más delicados o más pronunciados. Hablamos en el proceso, puedo notar que se siente cómoda porque habla más de lo normal.

—Está quedando hermoso —digo luego de un rato. Arrastro una silla y me siento detrás de ella. Me mira sobre su hombro con una sonrisa, orgullosa de sí misma, y me hace reír su apariencia. Tiene pintura en su camiseta y en su rostro—. Y tienes que lavarte la cara.

—¿Crees que si está quedando bien? —dice mirando con atención a su cuadro. Es una especie de campo de flores, que realmente no están muy definidas, pero se entiende. Y para ser de alguien que no pinta nunca, está hermoso.

—Claro que sí.

Deja la pintura y el pincel a un lado y se voltea hacia mí. Una sonrisa se escapa de mí -me es difícil dejar de sonreír con ella- e involuntariamente me imagino distintos escenarios, todos con ella, juntos aquí, en el estudio. Ella pintando... ella diciéndome que pintar o cómo hacerlo... yo pintandola o dibujandola a ella. Todos los quiero vivir.

Me acerco a ella con detenimiento, y dejo descansar mi mano en su mejilla. Ella cierra sus ojos ante el tacto y luego los abre, casi al instante. Detallo cada peculiaridad de su rostro, con más atención que otras veces. Amo sus pecas y sus ojos.

Sin pensarlo previamente, mis labios están sobre los de ella. Y puedo decir que no hay sensación que se compare a esto.

Me sorprendo cuando de alguna manera arrastra su silla más hacia mí, para acercarse. Pasa sus brazos por mis hombros y comienza a mover sus labios en un compás lento, que me permite saborear cada segundo que pasa. Son dulces, como si hubiese comido caramelos hace unos segundos. Tal vez es su labial. Me aseguro de que mis movimientos sean delicados, porque siento que si me apresuro, se va a apartar.

Me pierdo en el sinfín de emociones que crecen en mí, me pierdo en la profundidad de sus ojos, que no los veo pero he podido detallarlos al punto de poder verlos al cerrar los míos. Me pierdo en la intensidad de su tacto. Me pierdo en ese momento, en ella.

n/a:
ESTOY ENAMORADA DE ARTHUR.
Es todo lo que tengo que decir.
Adiós.

El arte que encuentro al mirarte.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ