Nuestra conversación de notas de voz siguió por al menos una hora más. Luego, Arthur decidió llamarme, y seguimos con las preguntas.
—De todas las cosas existentes en el mundo, ¿cuál es tu favorita?
—Las estrellas. ¿Y la tuya?
—Mi familia.
Vaya, eso no me lo esperaba.
—Todo un sentimental, ¿eh?
El ríe suavemente, y luego responde:
—Son realmente importantes para mí. Son lo mejor que la vida pudo darme, no los cambiaría por nada. Realmente significan todo para mí.
Sonrío aunque no pueda verme.
—Creo que opino lo mismo refiriéndome a mi hermana. Es lo mejor que tengo, lo más importante. No sé que haría sin ella, es la que ha estado conmigo en cada momento importante. Es parte de mí.
—Si pudieras cambiar algo de ti o algún aspecto de tu vida, ¿que sería?
—Es... complicado responder eso —contesto.
—¿Por qué?
—Porque es un tanto personal, no creo que alguna vez se lo haya dicho a alguien... lo siento.
Y aunque tengo ganas de decírtelo, algo en mí no me lo permite. No puedo abrirme así.
—Está bien. Entiendo.
Seguimos hablando por lo que se sienten pocos minutos, y logra saber algunas cosas de mí, como películas, bandas, comidas y colores que me gustan.
—Vaya, son casi las cuatro de la mañana, Sav.
Alejo mi celular y sí, son las tres y cuarenta y siete. Mierda, ¿casi tres horas hablando?
—Joder, el tiempo voló. Deberíamos dormir, Arth.
—Sí, deberíamos. Buenas noches, Marie. Descansa —puedo sentir la diversión en su voz al decir mi segundo nombre.
—Buenas noches, Arthur.
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El arte que encuentro al mirarte.
Teen Fiction"Con sólo mirarla, encontraba una obra de arte expuesta al mundo. Llena de vida, de colores y de secretos que estaba dispuesto a descubrir. Porque como toda obra de arte, tenía un trasfondo, una historia, y yo me propuse a descubrirla." -Gracias, si...
