Ser rara está bien

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Clases de psicología. La profesora faltó. La nueva alumna tocó en mi curso. Y ahí descubrí que era la maestra del caos. Hizo amigos en dos segundos. Prendió cigarros en medio de la clase. Dijo que no duraría mucho. Le daba igual ser expulsada. Se hizo amiga de Jéssica, la más insoportable y también más diva. Es decir, ¿una rebelde con una pija? Ni siquiera pegaban. Y ¿por qué estaba afectándome?

Pasé la primera hora intentando concentrarme en la lectura. Benjamin me hablaba de un concierto. Paula estaba enferma y joder, cómo la extrañaba. Contesté con monosílabas sin prestar atención. Le dije que sí a todo, esperando que mi amigo entendiera que no tenía ganas de hablar. La presencia de la extraña me estaba afectando.

Hablaba en tono fuerte, tenía a todos embobados con su personalidad. ¿Cómo alguien se adapta tan rápido? Admirable. Lástima que con las personas erradas. La mayor parte del curso se dirigió afuera del salón. Cuando solo quedaba Jessica y Sophia, las sentí acercarse a Benjamin y a mí.

—¿Quién estudia cuando hay horas libres? —dijo Sophia, cerrando mi libro.

Ya estaba acostumbrada a eso, sabía cómo manejarlo. No le diría nada.
Es mejor ser invisible.

—Alguien inteligente —me defendió Benjamin.

—O quizás no tanto —respondió ella, sentándose sobre mi mesa-: «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero». No suena a un buen título.

—Los títulos no siempre nos definen —contesté.

—Ah, mira, hablas... —sonrió y me vi mirándole la boca, era... dejémoslo en diferente—. ¿Y qué te gusta del libro? —volvió a preguntarme, con una mirada de superioridad.

—Déjala, es lo más simple y básico de todo el Ángel —y allí estaba Jéssica, fastidiándome.

—No, en serio, quiero saber qué te gusta del título —insistió Sophia.

—Los humanos que sufren, el desequilibrio de la mente; lo difícil de las enfermedades mentales. Y la magistral delicadeza del cerebro humano. Es una obra maestra, es decir, te anima a mirar dentro de cada caso como si fueras tú mismo y ... —allí estaba yo, que nunca hablo, siendo totalmente diferente y tratando de explicar por qué me gustaba el libro. ¿En serio tenía que explicar mis gustos? Menos mal que Jessica me interrumpió.

—Te lo dije, es enfermiza, rara, es una pérdida de tiempo.
—¿Me lo prestarías luego? —Sophia ignoró a Jessica.
Ya va. ¿Sophia me estaba pidiendo el libro prestado? No prestaba mis libros. Prefería volver a comprarlos y darlos de regalo. Sin embargo... con ella desde el inicio fui al revés.

—Es tuyo —se lo ofrecí—. Yo ya lo he leído varías veces.

Su cara de felicidad fue tan grande como si le estuvieran dando un coche. Fue la primera vez que una persona me impactaba a tal punto de dejarme sin respiración. Sophia sin bajarse de la mesa acercó su rostro al mío y me besó la mejilla. Ok. No me lo esperaba.

Jessica estaba tan sorprendida como yo. No podía creérselo y Benjamin, comía sus galletas de avena, mirándome con cierta gracia.

—Julie es una persona insoportable, asocial, difícil. Es un asco de humano. Viviendo en su estúpida burbuja de niña rica cuando en verdad no tiene a nadie más que a sus dos fracasados amigos. Juntarte con ella es el sacrificio de tu vida social, Sophi. Todos lo saben —le advirtió.

Jessica siempre me fastidiaba y de peores formas. Sin embargo, no sé por qué sentí vergüenza. El hecho de que me dijera esas cosas frente a Sophia hizo que una sensación de pesadumbre me consumiera.

—Siempre me equivoco, ¿sabes? Mi vida entera es una equivocación. Los profesores dicen que duraré muy poco, que seré expulsada porque no soy tan buena -Sophia hablaba divertida, con propiedad—: y tienen razón. El primer día de clases me junté contigo. Con alguien que se cree suficientemente bueno como para juzgar a otra persona. Y sabes Jessica, creo que en medio de una vida de terribles desaciertos, sentirme atraída por alguien que estudia en una hora libre, será tal vez, la única cosa buena que haré. Lo siento, amor, —dijo con sarcasmo—: ya la escogí a ella -volvió a darme otro beso en la mejilla, pero ahora, se detuvo en mi oído y susurró—: me gustan las cosas raras, y nunca en mi vida, he tenido una amiga así. ¡Eres especial, Julie!

Sentí que iba a desmayarme. Mis mejillas estaban calientes de la vergüenza. No entendía por qué me estaba sintiendo así. Tan extrañamente atraída por alguien que acababa de conocer. Por una persona que jamás combinaría conmigo y que estaba defendiéndome a su modo. Además: una mujer.

Así comenzó nuestra amistad. Ella insistiendo en no separarse de mí y yo, intimidada por su presencia. Los siguientes días, peleó con los profesores, llegó tarde. La hicieron firmar el libro de vidas dos veces, y ya faltaba sólo una para su siguiente expulsión. Quería que se fuera. Necesitaba que se fuera, porque era justo eso, una necesidad egoísta para salir de mi confusión.

Benjamin y Paula decían que era su amiga rockstar porque tocaba la guitarra y cantaba en un bar los fines de semana. Ambos insistieron en que la invitara a mi casa, pero no, ni loca. No podía tenerla cerca. No sabía que ocurría, pero tenía que estar lejos para mantener la calma.

El problema es que no podemos huir siempre. El concierto al que prometí con monosílabas asistir fue mi castigo. Un grupo local se presentaba. Benjamin era fanático y Paula lo odiaba. Ya saben el resto. La amiga sacrificada que va a un concierto que odia, con gente inmunda a cigarrillo. Sí. Eso era lo que pasaría, pero en ese concierto... también estaría ella.

Sophia estaba repleta de preguntas, de molestia por mis intentos de escapar. Por mi difícil personalidad que necesitaba ignorarla. Por mis motivos mentales para decir que no a una posible amistad. Sophia era una desgracia para mi vida, o al menos, pensé eso, para no seguirle el juego. ¿Les ha pasado que algo les hace mal y bien al mismo tiempo? A mí sí. Pero en el concierto, mi perspectiva cambió. Mi amor por salvar vidas se fugó a ella. Y conseguí, que podía querer algo más que la medicina. Podía querer a otro ser humano.

Próximo capítulo: El concierto.

Nota de autor:

Bueno... es muy raro escribir una historia directo en wattpad. Perdón si no lo estoy corrigiendo. Por primera vez no está pasando a mi equipo editorial, más bien, quise escribirles y aquí estoy. Llegó esta historia a mi mente y, desde Bogotá a un día de mi conferencia, me encuentro escribiéndoles algo nuevo. (Tranquilos que no retrasaré la segunda entrega de la saga Renacer, que sale en Julio).

Espero que les esté gustando, déjenme sus comentarios. ¿Qué les parece hasta ahora? ¿qué tal les caen Sophia y Julie?

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El capricho de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora