Capítulo 30

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¿Por qué? Era lo que se preguntaba. ¿Por qué Madara, Tobi, o como se llame, le había contado eso a Naruto?

—No sé si mentía, pero eso no importa, porque lo que estás haciendo —El Uzumaki señaló su pecho con solemnidad—, ¡yo lo entiendo!

Si antes estaba sorprendido, ahora rayaba en el enojo. ¿Cómo se atrevía a soltar tal tontería? ¿Cómo podía mentirle mirándolo a los ojos?

—Naruto, te dije que nunca podrás entenderme —recitó con parsimonia. Poco le faltaba para cruzarse de brazos y fingir aburrimiento. Lo que realmente deseaba hacer era irse y exigir a Madara que le dijera la razón por la que le contó eso a Naruto—. Nunca has tenido padres ni hermanos, siempre has estado solo y por eso... ¡debes cerrar la boca!

De un segundo a otro, Sakura se puso en pie y chilló con ira en la voz y lágrimas en los ojos, que Sasuke no comprendía nada.

—¡No le hables así a Naruto, Sasuke-kun! ¿Sabes por lo que ha tenido que pasar? ¡Él es el único que se sigue preocupando realmente por ti! Mientras otros te persiguen, él sigue queriendo salvarte. Incluso ahora...

¿Quién lo creería? La debilucha Sakura era capaz de enfrentarlo por Naruto. Al parecer, había madurado también.

—¿Salvarme? ¿De qué?

—¡De la venganza! ¡Juro que te salvaré de la venganza!

Como si no tuviera nada que hacer. Así era como se comportaba Naruto. Como si él fuera lo único valioso en su desafortunada vida de jinchuriki. Como si no tuviera más amigos por los que seguir adelante. A Sasuke le hastiaba eso. Le incomodaba saber que por más pecados que cometiera, algo lo seguía atando a la luz; por más que quisiera sumirse en el averno, alguien lo jalara impidiendo que lo reciban con las puertas abiertas.

—No te preocupes por eso —Abrió los dedos que mantenía firmemente apretados—. Hace un momento ya me vengué de uno de los enemigos de Itachi —Los cerró y continuó con ese procedimiento otras tantas veces, presa de la exasperación que la sola presencia del Uzumaki le traía—. Uno de los altos cargos de Konoha. Su nombre era Danzõ.

Ante ello, Kakashi no pudo evitar sorprenderse. Sabía lo fuerte que era el de Raíz y resultaba increíble que Sasuke lo haya vencido teniendo en cuenta su juventud.

—¿Y saben qué? Se siente muy bien limpiar el nombre de los Uchiha de este mundo ninja de mierda. Lo que he hecho es lo que siempre ha querido Konoha: Ver a los Uchiha como sus enemigos. Por eso, voy a facilitarles la tarea —les contó amargamente divertido—. Voy a matarlos a todos. Voy a matar a todos de Konoha y solo así cortaré todo vínculo con Konoha y estaré purificado. ¡Esa será la verdadera resurrección del clan Uchiha!

—Odio... así es como se ha ido acumulando todo este tiempo —pensó en voz alta.

A unos metros de distancia, sobre aquel puente destruído, una kunoichi se hallaba sentada sintiendo todo lo que sucedía.

Karin odiaba admitir que aún se preocupaba por el Uchiha, pero era la verdad. ¡Lucharía contra alguien que tenía su chakra intacto, mientras él apenas veía!

Sintió miedo. No por ella, no porque vinieran ninjas de alguna de las grandes aldeas y la atraparan, sino por él. Y odió eso. Sasuke Uchiha la había querido muerta. ¡Por Dios, había intentado matarla! Sin embargo, ahí estaba la tonta de Karin lamentándose por su casi verdugo.

Apretando los puños y cerrando los ojos, se obligó a apartar lejos de su mente el pensamiento de Sasuke muerto.

"No importa ya", pensó para sus adentros, y luego de repetirlo unas diez veces, se sintió mejor. Debía dejar de velar por él y empezar a ver por ella misma.

Kimi ga suki | Tú me gustasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt