Capítulo 7

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Sasuke abrió los ojos dentro de su habitación, mirando hacia ningún lugar en especial, solo a la oscuridad que lo rodeaba. Ese lugar estaba completamente oscuro, todo el tiempo lo estaba y eso le gustaba, le ayudaba a relajarse y a pensar.

Hacia una semana que habían regresado al escondite de Orochimaru. No se habían encontrado con el sannin al llegar, pero si con su ayudante, Kabuto, quien inmediatamente al verlos llegar, quedo sorprendido al notar el estado en que de la chica regresaba.

—¿Que ocurrió, Sasuke-kun? ¿Porque ella esta así? —había preguntado Kabuto esa noche cuando Sasuke seguía caminando por aquel largo pasillo hacia la "enfermería" donde ese albino trataba a los experimentos de Orochiamaru—. ¿Que sucedió, Sasuke-kun? ¿Alguien los atacó por el camino? —insistió el ninja queriendo averiguar algo, pero el Uchiha no respondió y solo se limitó a hacer una mueca de enfado al desviar por unos segundos sus ojos hacia él. Odiaba a ese tipo tanto como a Orochimaru y le molestaba que le hablara como si fuesen compañeros en algo—. Sabes que Orochimaru-sama se molestará si ve que has lastimado a su nueva estudiante... —lo escuchó decir, pero no le hizo caso. Pasó por su lado y avanzó unos cuantos pasos más para dejarlo solo en la oscuridad del pasillo.

—Tu solamente encárgate de curar las heridas de ella, yo me encargaré de Orochimaru —Soltó con enfado sin detenerse hasta llegar frente a la puerta de la enfermería.

Luego de haber depositado con cuidado a la peli negra, en aquella camilla blanca donde habían pasado cientos de personas. Sasuke observó de nuevo los rasguños de Yumi, los de su cara y sus brazos, aquellos eran los más visibles. Aunque también podía ver una dolorosa cortada en su pierna derecha que le hacia preguntarse a él mismo, cómo es que ella había podido seguirlo por el bosque luego de haber terminado su lucha con el tal Ryuto.

Yumi no había podido continuar —luego de aquel descanso— por el camino y Sasuke había tenido que seguir, llevándola sobre su espalda. No había otra opción.

Se sentía cansado, no por haber cargado a la peli negra de regreso a la guarida, era algo más, su cansancio iba más allá de solo un dolor físico. Su cabeza no dejaba de llevarlo a su mundo de recuerdos, cuando era un niño feliz, viviendo bajo la protección de sus padres, de su hermano, y todas las personas de su clan, pero no era solamente lo que su cabeza volvía a recrear. Esa escena también aparecía. La escena constante de la muerte de sus padres se repetía y la imagen de Itachi mostrando su sharingan como anoche Yumi había mostrado ese jutsu a la otra niña.

Las últimas palabras de Itachi para él, las últimas palabras de Yumi a la chica.

Ambos se parecían, pero ellos no eran iguales. Había visto como Yumi había sufrido por lo que había causado a su aldea, en cambio Itachi...

Todo eso se mezclaba en su mente y hacía explotar su cabeza. Necesitaba un descanso, necesitaba olvidar todo aquello y concentrarse solamente en su entrenamiento.

Él mataría a Itachi.

Él vengaría a su clan, a toda su familia.

No debía perder tiempo recreando aquello, debía permanecer sereno y tranquilo. Concentrarse solamente en su objetivo, pero... Yumi había logrado conseguir que esa calma tan conocida en él —y en la mayoría de los Uchiha—, se quebrantara, trayendo consigo una enorme curiosidad por ella, por su clan y por ese extraño dojutsu que poseía.

¿Quien era Hikari Yumi?

Necesitaba descubrirlo y eso era lo que haría en ese momento.

Ese mismo día, se quitaría todas sus dudas.

Habían transcurrido tres infernales horas desde que estaba allí, sentado, sin hacer más que esperar un cambio, cualquiera... por pequeño que fuera. Pero nada. El subir y bajar de su pecho era lo único que le indicaba que seguía viva.

Kimi ga suki | Tú me gustasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora