Capítulo 14

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El pueblo estaba reunido otra vez. Algunos hacían una fila y entregaban los objetos al organizador del evento, mientras que otros se hallaban entusiasmados esperando con sus parejas el resultado final. Sasuke y Yumi no eran la excepción.

—Tranquilo, compañero. Tú y yo ganaremos —Animó Suigetsu a Jūgo—. Hemos sido los mejores —Sonrió como si estuviera recordando una broma privada.

El ninja de Kiri sabía que habían sido uno de los tres primeros en entregar las famosas bolsas gracias a los pájaros de su amigo bipolar. De hecho, por eso lo había elegido. Su habilidad con la naturaleza había sido útil, y el concurso pan comido. Ni los ninjas de élite como Sasuke y Yumi los vencerían.

—Ya verás cómo callamos a tu amigo el bocón, niñita.

—Prefiero que tú te calles, anciano —Chisteó Karin a su pareja que le susurraba lo rápidos que habían sido, y lo fácil que sería ganar. Todos querían el dinero, lo sabía. Pero ella debía tenerlo. Era distinto. Debía conseguir ese maldito premio para poder embellecerse y capturar a Sasuke.

—Hacen una linda pareja —Comentó Suigetsu al oído de la Hikari, refiriéndose a Karin y el anciano. Había tenido suficientes golpes, y no quería uno más de la Uzumaki. Al menos no por ahora.

—Ya lo creo —Respondió alegre porque Suigetsu no haga comentarios sobre su relación ficticia con Sasuke.

—Pero no más que tú y mi amigo que nos mira como si quisiera arrancarme los brazos —Bromeó señalando a un Uchiha que para su mala suerte, se había girado al escuchar la palabra pareja.

—Yumi —Llamó el azabache, acercándose a donde ellos hablaban con algo de incomodidad—, si nos llaman, debes saber que...

—...no irá. Lo sé, Sasuke-san. No querrá ser el centro de atención de...

—...Iba a decir que nos aseguremos de no ser reconocidos —Cortó el Uchiha, algo enfadado porque ella siempre se le adelantara. ¿Creía que podía leer su mente? Estaba equivocada. Hikari Yumi no conocía en nada a Uchiha Sasuke. Se lo demostraría.

—Oh. Ah... De acuerdo —Asintió removiéndose incómoda por el ceño fruncido de Sasuke.

Hace poco había visto su sonrisa, y le avergonzaba decir que lo prefería así que enojado. Le gustaba pensar que aunque él se mostrara frío la mayoría del tiempo, tenía un lado cálido al que se podía ingresar. Tenía la necesidad de creer que el corazón de Sasuke no era de piedra, y sus muros no eran impenetrables. Se esforzaba por sacarle mínimas sonrisas, por acercarse a él y que entienda de una manera u otra, que no estaba solo.

Y Suigetsu acababa de notarlo. La forma cómo Sasuke borró casi de inmediato su rostro enojado para menear la cabeza y virar a otro lado, o cómo Yumi se alejó de él para estar más cerca del Uchiha, lo dejó con ganas de aplaudir. Quizá eran sus deseos descontrolados por shipearlos, pero comenzaba a ver cosas en gestos superficiales. Le parecía que esa media sonrisa de Sasuke cuando Yumi mencionó los dangos, o el sonrojo en las mejillas de ella cuando él le contó algo sobre una de las hojas que habían encontrado, eran símbolos claros de un posible acercamiento.

—¿Soy yo o mamá Yumi se puso roja? —Apoyó la barbilla en el hombro de su compañera, queriendo comprobar la reacción de su líder al verlo tan cerca de la aludida.

—Eres tú —Finalizaron los dos azabaches, antes que la muchacha se escabullera del contacto del espadachín.

"Esto se pondrá bueno", sonrió Suigetsu frotándose las manos en su mente.

—Atención. ¡Atención! —Pidió a viva voz el tipo responsable de toda esa búsqueda—. Hemos contado los objetos, verificado que sean los correctos, medido el tiempo de entrega —Sonrió haciendo un gesto hacia la mesa donde se encontraban los bolsos marcados con los nombres de las parejas—, y ya tenemos a la pareja ganadora.

Kimi ga suki | Tú me gustasOn viuen les histories. Descobreix ara