La voz de mis recuerdos (Completa)

27: Revolution (Final)

Ninguno pudo dormir esa noche, estaban preocupados al extremo, los corazones de los chicos estaban totalmente comprimidos, los nudos de sus gargantas se desataron y varias veces cedieron a las lágrimas. Los adultos no podían evitar sentirse afectados por ello, incluso Evan se había retirado del grupo a llorar lejos de la vista de los demás. Cinco de la mañana, seis de la mañana, siete de la mañana y no había noticia de ellas, ya estaban pensando en lo peor y era hora de llamar a la policía. Todos estaban en el lobby preparados para proceder, justo cuando la puerta de vidrio se abre y logran ver a las chicas rozagantes en vitalidad, sus rostros lucían pulidos y brillantes, radiaban de emoción y saludaban a todos con sus brazos extendidos. Los chicos corrieron hacia ellas y las encerraron a todas en un abrazo grupal soltando muchas lágrimas de alivio, ellas se preguntaban qué pasaba, luego cada una fue abrazada por su pareja, menos Jade.

— ¿Qué pasó con ustedes? — preguntó Davis sin soltar a Rina

— ¿Qué pasó de qué? — preguntó Jade observando las tres parejas.

— ¿Por qué desaparecieron de ese modo? — preguntó Liam irritado y aliviado

— ¿Desaparecer? — interrogó Amy.

— ¿Nate no les comentó nada? — preguntó Ann

— ¿Nathan? — exclamó Ían buscándolo con la mirada

Todos voltearon a verlo, pero él ya no estaba, sin embargo, los adultos estaban allí presentes, los cuatro reían al verlos, y comenzaron a suponer qué había pasado, pero en algo se equivocaban, la culpa no había sido de ellos, el culpable ya no estaba.

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Flashback...

Nathan estaba en su cita con Jade, cuando de pronto aparecen Ann, Rina y Amy frente a ellos. Jade las mira extrañada, pero ellas dicen que Nathan las había llamado y quería verlas.

— Solo quiero hacer algo por ustedes — confesó él —. Últimamente han tenido mucho trabajo y las veo bastante agotadas, así que hoy les daré el día libre, tendrán un obsequio de mi parte, les ayudaré a relajarse.

— ¡Eso suena muy bien! — exclamó Ann golpeando su propio trapecio

— ¿De qué trata tu obsequio? — preguntó Rina emocionada

— Aguas termales, masajes, música instrumental, una noche en un lujoso hotel con camas ortopédicas, eficaces para el descanso y una cena nutritiva.

— ¡INCREÍBLE! — exclamó Amy emocionada aplaudiendo— Siempre he querido ir a un spa.

— Entonces suban a mi auto, las llevaré.

Como prometió, las llevó al lugar con todos los gastos pagos y las escoltó hasta adentro, hablando con los superiores de allí pidiendo el mejor trato para ellas. Luego se dirigió a ellas y abrió un bolso en sus caras.

— ¿Para qué es eso? — preguntó Rina

— Sus teléfonos... Arrójenlos allí.

— ¿Para qué? — preguntó Ann desconfiada.

— Háganme caso. Nosotros también pasamos por algo parecido a lo de ustedes y mi tío nos invitó a relajarnos aquí, pero olvidamos dejar los móviles en Sony y con tantas llamadas, redes sociales y molestias no logramos relajarnos en lo absoluto. Por lo que tuvimos que venir una segunda vez, alejados por completo de la tecnología.

— Suena lógico — afirmó Amy arrojando su móvil al bolso. Seguida de las demás.

— Bien, no se preocupen, olvídense de todo a su alrededor. Les diré a los demás que están aquí para que no se preocupen, solo relájense y recobren fuerzas.