Cap. 31

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La mejor forma de tratar con un problema es dejar de huir de el

Capitulo Treintaiuno.

Christopher

¡Por fin! ¡Por fin algo después de tanto tiempo! Alisha había estado aquí. Podía jurarlo. Reconocería su olor aunque pasaran trecientos millones de años. Era leve pero había dejado un rastro. Tenia que seguir. Y seguiría por toda la eternidad hasta encontrarla.

Parecía irreal sin embargo.

Habían pasado seis meses, tres semanas, dos días y doce horas desde la última vez que había visto a Alisha. Y cada maldito segundo que pasaba, cada maldita respiración que tomaba, cada maldito centímetro que nos separaba, estaban matándome. Una vez había pensado que había experimentado la pura tristeza y soledad. No sabia cuan equivocado había estado. Aquel falso sentimiento que había sentido cuando había pensado que Bianca estaba muerta, no le hacia sobra a lo que sentía ahora.

Esta tristeza no me dejaba vivir, esta soledad ruin que deslizaba dedos largos y helados, desgarrando lentamente mi corazón. Tantos días y noches pasaron, cada uno durando lo mismo que duraba el anterior y el que venia después. No importaba si hacia un sol radiante, a mi solo me parecía un día gris con una tormenta a punto de estallar. Me enfermaba.

Este era mi castigo. Esta era mi lección. Dios, solo quisiera que no fuera tan dolorosa. No había minuto que pasara que no pensara en Alisha. En que me preguntara que estaba haciendo, o con quien estaba. Si alguna vez pensaba en mi. Si alguna vez pudiera perdonarme. Si alguna vez pudiera volver a verla, aunque sea por un segundo. Volver a inhalar su aroma, volver a sostenerla entre mis brazos, volver a sentir sus suaves labios...

Era doloroso. Dolía amarla tan desesperadamente y no poder estar con ella. Uno no sabe cuan cruel es la vida hasta que estas muriendo de sufrimiento.

Entonces ella había llamado. Y pude volver a respirar por unos segundos, a pesar de que ella no había dicho ni una sola palabra. Había querido decirle tantas cosas a la vez, tantas que solo salían de mi boca sin siquiera pensarlas. No sabía las razones de su llamada. No sabía si me había llamado para gritarme o insultarme. Honestamente no me importaba. Su llamada había renovado mis ánimos por encontrarla.

No es que no la estuviera buscando antes. Todo lo contrario. Desde el momento en que supe que se había marchado mi búsqueda había comenzado. Había buscado por cada maldito estado del país con escrúpulo, encontrando nada en absoluto. A medida que los meses pasaban mis esperanzas se apagaban pero por mi mente nunca se cruzo la idea de renunciar.

Lucharía por este amor y lucharía hasta el final, no importa que obstáculo se ponga en mi camino, no importa cuantas batallas pierda y vaya perdiendo partes de mi corazón en el camino. Mi amor seguirá intacto y lucharía por el cueste lo que cueste. Su llamada me había recordado cuanto la amaba y cuan vacío y frio estaba sin ella.

Y aquí estaba. Con el primer rastro de olor de Alisha después de tanto tiempo. No podía estar quieto. La ansiedad me atacaba dejándome al borde de la locura. Solo el pensamiento de volver a verla agitaba mi alma. Nunca había estado tan cerca. Dios, la sostendría en mis brazos hasta que no pudiera mas y cayera al suelo exhausto, y aun allí la abrazaría cerca de mi para asegurarme de que nunca se volviera a alejar de mi. Ni siquiera un centímetro.

-"Christopher ya es muy tarde, llevamos mas de veintiséis horas buscando en el mismo lugar"- Dijo Chelsea detrás de mi.

La Normalidad es RelativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora