Cap. 13

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Palabras, pueden herir mas que una bala

Capitulo Trece.

Alisha

Y allí estaba yo. Parada frente la puerta de la casa de Chris. Luciendo el vestido rojo súper corto de espalda abierta que decía a gritos "Ramera", que Tamara me había hecho usar. Tratando de darme valor a mi misma para entrar. Justo cuando decidí darme la vuelta en mis vertiginosos tacones negros e irme a casa, la puerta se abrió y Tamara me tomo del codo.

-"No seas gallina, entra. La fiesta empezó hace 1 hora, empezaba a creer que ibas a dejar plantado a Christopher en su cumpleaños, todos se mueren de curiosidad por saber quién es su compañera"- Dijo ella arrastrándome todo el camino.

-"Tamara esto no es buena idea"- Dije zafándome de su agarre, ella se detuvo y puso las manos en sus caderas.

-"Si ya sé que es un poco arriesgado estar en un salón lleno de vampiros con tu tipo de sangre pero ¿Cuál sería la diversión entonces? Tu eres una de las atracciones de esta fiesta"- Siempre que pensaba que Tamara podría ser una buena amiga decía cosas como estas. Perra -"Oh, vamos. No todos son vampiros, también hay algunos humanos"-

-"Ya lo sé, puedo oírlos"- Dije antes de que pudiera detener mi estúpida lengua. Tamara no sabía que tenía telepatía solo telequinesis, y no planeaba decírselo. Aun no confiaba en ella.

-"¿Que quieres decir?"- Pregunto ella frunciendo el ceño. Sus ojos verdes escaneando mi expresión.

-"Quiero decir... Que oigo la multitud, la multitud de la fiesta desde aquí"- Mentí rápidamente. Bueno técnicamente no era mentira, podía oír los pensamientos mezclados de los humanos.

Tamara me estudio con su mirada y luego asintió con su cabeza. Volvió a tomar mi codo y nos dirigimos al jardín trasero donde era la fiesta, reprimí un suspiro de alivio.

Pero el alivio no duro mucho. Cuando atravesamos las puertas de cristal del jardín, todas las cabezas se voltearon en nuestra dirección. Y mi estomago se apretó mientras mi corazón se disparaba en mi pecho.

Tamara había hecho un buen trabajo con el jardín. Había puesto unas cuantas mesas con manteles por todo el lugar, un bufet de comida que supongo era para los pocos humanos, un DJ ponía música suave mientras los meseros caminaban de un lado a otro. El sitio estaba lleno de personas. Personas absolutamente hermosas como las de las revistas. Y todas ellas me estaban mirando fijamente.

Me sentía completamente vulnerable. Totalmente asustada. Di un paso hacia atrás y todos siguieron mi movimiento con su mirada. De repente una mano se deslizo en la mía y la apretó. No tuve que mirar para saber que era Chris. Lentamente el miedo desapareció. Chris no dejaría que nadie me hiciera daño.

-"Damas y caballeros, esta es mi hermosa compañera Alisha Diamond"- Anuncio Chris a la audiencia. Trague nerviosa.

Aun todas las miradas estaban en mi y eso no me hacía sentir muy cómoda. Pero pronto comenzó el murmullo de voces de nuevo y algunos se acercaron a nuestra dirección a saludar.

Después de saludar cordialmente a algunas parejas me relaje un poco.

-"¿Que hay hombre? Si que te sacaste la lotería con tu compañera, espero que la mía sea igual"- Dijo un chico de cabello negro corto, ojos cafés y algunos tatuajes ¿Tengo que añadir que era guapo?

-"¿Mathew? No jodas, pensé que estabas en África"- Dijo Chris dando uno de esos abrazos masculinos que dan los hombres.

-"Nah, volví hace 2 semanas y Tamara me llamo diciendo que había fiesta, llevaba todo un maldito año sin divertirme así que aquí me tienes"- Respondió el tal Mathew.

La Normalidad es RelativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora