Cap. 30

2.1K 73 7
                                    

Mas vale intentarlo que quedarse preguntando

Capitulo Treinta

Alisha

Damien y yo estuvimos luchando con la manguera de agua causando un lio, dejando toda la cocina empapada. Cuando caímos al suelo note que estábamos en un charco. Ah, genial. No tenía ganas de limpiar este desastre. Si no hubiese sido por Damien, no tuviéramos que secar todo esto pero tenía que admitir que juguetear con él me había sacado de la mente que era navidad.

-"Yo no voy a secar este desastre, tu empezaste"- Aclare, el rio y se puso de pie, chorreando agua en el camino.

-"Yo lo hare pero tú haces el almuerzo"- No podía estar más de acuerdo. Damien no podía cocinar nada aunque quisiese. El me ayudo a ponerme de pie.

-"Trato hecho. Todo lo que cocinas sabe a quemado"- Dije sonriendo hacia él.

Mi mirada se deslizo por su pecho y oh, mi Dios. Su camisa estaba toda mojada y podía ver su delineado abdomen con detalle. Prácticamente sentí que se me hacia agua la boca y sentí mis mejillas sonrojarse al recordar lo sucio que había sido mi sueño esta mañana. 

Cuando logre apartar mi mirada de su impresionante cuerpo, Damien también estaba comiéndose mi cuerpo con los ojos lo que me hizo sentir un poco menos pervertida al saber que no era la única que lo hacía. Luego el empezó a avanzar hacia mí y mi corazón se acelero. Retrocedí un paso sintiéndome intimidada por él, pero pronto no tuve más espacio para huir.

Demonios, demonios, demonios. No dejes que te bese. No dejes que te bese. No dejes que te bese.

Oh, pero quería que me besara.

Puso una mano en mi cadera y presiono su cuerpo contra el mío, pude sentir la dureza que presionaba contra mi vientre. Sus ojos oscurecidos por el deseo me miraron casi preguntando si podía besarme. Su cabeza fue descendiendo con demasiada lentitud para mi gusto.

¡Bésame ya!

Cuando sus labios tocaron los míos sentí mis rodillas debilitarse. Me beso con tanta pasión y deseo que sentí que estaba en llamas. Sus manos fueron hasta mi muslos y no pude tocar mas el suelo. Me movió hasta estar encima de la mesa y se traslado entre mis piernas. Lo rodee con mis piernas y brazos, lo necesitaba más cerca.

Dios, esto era justo como en mi sueño. No paraba de retorcerme en los fuertes brazos de Damien y las imágenes de mi sueño empezaron a reproducirse en mi mente. Damien besándome mientras las manos de Christopher acariciaban mis pechos. Oh, no podía soportar más esta tortura quería que ambos me tomasen. Quería que Damien me besara más rudo, que Christopher me quitara la camisa que impedía que sus manos tocasen mi piel...

-"Chris..."- Gemí arqueando mi espalda para que sus manos estuvieran más cerca.

Pero entonces ya nadie me tocaba.

Abrí los ojos molesta para ver cuál era el problema y se ampliaron con horror cuando me di cuenta de lo que había hecho. Había estado tan sumergida en mi fantasía que había gemido el nombre de Christopher. ¡Dios mío, esto es lo más vergonzoso y humillante que jamás me haya pasado antes!

Damien me miraba con una mezcla de dolor e indignación, y quise me tragara la tierra, me cayera un rayo o un meteorito ¡Lo que sea con tal de no ver sus ojos! Abrí la boca para decir algo pero ¿Que demonios iba a decir? ¡Había dicho el nombre de otro hombre mientras estaba en sus brazos! Estaba tan avergonzada que no podía ver más su rostro.

La Normalidad es RelativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora