Cap. 37

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Todo empeora antes de mejorar

Capitulo Treintaisiete.

Christopher

-“¡ALISHA!”- Grite cuando Tamara le dio su cuerpo inconsciente a un guardia a su lado.

Más atrás escuche como Damien le hacía eco a mi grito, pero no le preste atención. Toda ella estaba centrada en Alisha en manos de ese guardia. No iba a dejar que la tomaran.

Me abalance sobre ellos para ser detenido por dos guardias. Uno blandió su espada en mi dirección yendo directo por mi estómago pero logre retroceder de un salto y esquivarla a último momento. Una cortadura con plata era como cualquier cortadura pero igualmente una herida de esa magnitud requería unos minutos para sanar completamente y no tenía esos minutos.

El otro guardia me hizo caer sobre mi espalda y gire con fuerza para quedar encima de él. El guardia anterior tenía intención de unirse a nosotros pero Damien se arrojó en su dirección tacleándolo hasta el suelo. Mi atención volvió al guardia debajo de mi cuando su espada se clavó en mi hombro sacando un gruñido de mí.

Tome al guardia por el cuello y lo golpee contra el suelo dejando salir mi rabia físicamente. El sable salió volando fuera de su alcance desgarrando mi hombro en el proceso. Ignore el dolor, de todas formas iba a sanar en poco tiempo. Su cuerpo quedo medio enterrado en la tierra mientras hundí mi mano en su pecho apretando mi mano alrededor de su corazón. Su cara mostraba la agonía que estaba sufriendo. Bien.

Levante mi vista cuando escuche llantas derraparse y solo pude ver la parte trasera de la Hummer cuando desapareció entre la maleza. Miedo y pánico soplaron sobre mí como un tornado dejándome mareado.  No lo pensé dos veces. Salí corriendo detrás de la camioneta, lo que sabía no era muy inteligente. Tamara no era estúpida.  Debía de tener cientos de escoltas a su alrededor. No me importaba.

El sonido de un helicóptero me envió corriendo por un sendero hacia el borde de un acantilado. Me detuve justo a tiempo, antes de que hiciera algo estúpido como caer del acantilado. Entonces el helicóptero se elevó a la vista con un hijo de puta con Alisha lanzada sobre su hombro. Tamara mirando en mi dirección con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Puta.

Comencé a correr a lo largo de la ruta paralela al acantilado, manteniendo un ojo en el helicóptero que iba desapareciendo rápidamente. La maldita cosa se había convertido ya en un punto en el horizonte.

-“¡Christopher! ¡Christopher!”- Escuche a Chelsea llamarme pero no podía detenerme. No podía rendirme. No tenía sentido. Sabía que no la alcanzaría de esta forma pero simplemente no podía parar. Tenía que llegar hasta ella de alguna forma.

Entonces un cuerpo me tacleo hacia abajo no muy gentilmente. Tierra se metió en mi boca y piedras rasgaron mi piel. Me volví para ver a mi agresor, otro guardia real. Casi hago rodar mis ojos. ¿Cuantos habían? Lo empuje y me puse de pie rápidamente. El idiota se abalanzo sobre mi haciéndonos rodar a solo unos centímetros del borde del acantilado. Con mi rodilla patee sus costillas, dispuesto a empujarlo hacia la caída libre pero él se agarró de mi brazo. Use eso a mi favor. El tipo estaba colgando del borde con solo mi brazo de sustento.

-“¿Dónde la llevan?”- Exigí apretando su brazo hasta que escuche un crujido.

Para su crédito el tipo no respondió. Tan solo un aullido de dolor. Pero el no sabía con quién estaba tratando. Con mi otra mano libre rodee su cuello, clavando mis uñas hasta que chorros de sangre salían a borbotones. Un humano ya estuviese muerto. La sangre bajaba de su cuello empapándolo todo.

–“ ¿DONDE. LA. LLEVAN.?”- Repetí escupiendo las palabras. Los ojos del guardia giraron hacia atrás y lo zarandee para que respondiera.

-“Palacio”- Susurro, entonces arranque su brazo del mío y lo deje caer.

La Normalidad es RelativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora