Capítulo 47

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Transcurrió una semana desde que estoy sola con Harry y cada vez su humor es más irritable y distante, intenté millones de cosas para saber que diablos le pasaba, incluso intenté besarlo para saber sí me evadia o me ignoraba, pero nada, apartó mi cara con su mano, y luego me sentí mal todo el día, y no sabía realmente sí la razón era que me había ignorado o rechazado besarme.

Harry bajó a la habitación y se paró frente a mi en seco y me miró frío, se cruzó de brazos y me inspeccionó con la mirada.


-Arreglate, saldremos –Dijo.

-¿A dónde?

-¿Realmente importa?

-No, pero quiero saber para vestirme adecuadamente.

-Vistete como... Como sí fueras a una fiesta.


Dijo y se fue por el mismo lugar por dónde entró.

¿Cómo diablos me vestiría sí contaba con pocas prendas y la mayoría eran poco exhuberantes o inapropiadas? Con el fin de agrandar su enojo me puse unos tacones negros y me quité la blusa y el pantalón que llevaba puesto y en ropa interior subí a su cuarto, sabía que Harry pondría el grito en el cielo cuando me viese, pero me gustaba la forma que tomaba su aspecto cuando estaba enojado.

Entré a la habitación y Harry estaba en el cuarto de baño, así que me senté sobre el borde de la cama, pasé una pierna por arriba de la otra, y me recosté apoyando los codos sobre el colchón.

Esperé casi 5 minutos y finalmente Harry salió del baño mientras cerraba la bragueta de sus jeans.


-No creo que debas subirla –Expresé, sabía que el intento de ponerlo y dejarlo lo haría explotar de furia.

-No eres algo para admirar –Resopló.

-Tú tampoco, bebé, y sin embargo procuro hacer un buen trabajo, tu brillo no tiene reflejo, eres común, uno más –Dije intentando romper su ego.

-Apuesta que eso nunca –Dijo y sabía que había dado en el blanco.

-No lo sé, tú siempre me rechazas, tenemos tres opciones, o no te pongo y sé que eso no es, o no te funciona, o no te complaces ni a ti mismo –La cara de Harry cambiaba de colores por la rabia que tenía.

-Cállate y vístete ¿Me has oído? –Dijo explotando y tomándome de un brazo halandome hasta las escaleras –La próxima vez no lo repetiré.

-Harry –Susurré –Pensé que era de esas fiestas raras, tú sabes, en dónde la fiesta te la armas tú follándote a alguna buena tía –Dije aguantando una carcajada –Me confundí, pero sí no lo has intentado no sabrás que es ¿Quieres probar?

-Me hartaste –Murmuró y me tomó de los hombros.


Me arrastró líteralmente hasta abajo y abrió una cajonera de golpe haciendo temblar todo de la habitación, sacó el cajón y lo volteó sobre la cama y lo mismo hizo con otro cajón.

Me tomó por el codo y me paró frente a la pila de ropa.


-Busca algo y póntelo, me vale madres que no sea tu talla, porque sé que lo es, y me valen madres todas tus excusas Jade, de aquí no me muevo hasta que estes vestida y arreglada.


Bueno, creo que fue más severo de lo que creía, así que tomé una falda negra ajustada y una blusa morada, me maquillé apenas, tomé mi bolso y finalmente Harry me condujo hasta un auto, por primera vez en más de una semana salía de esa maldita casa.

Al cabo de 45 minutos Harry estaciono en la puerta de una casa de la cual estaba invadida de música a todo volumén, gente por todos lados, y antes de que bajarnos del auto se acercó a mi oído y susurró;


-Disfruta de ésta noche, será en dónde más gente te rodeará por un largo tiempo, cariño.


Y dicho ésto bajamos del auto para entrar en el conjunto de personas drogadas y ebrias.



***



-Vamos Harry ¿Un poco mas? –Pregunté extendiendole un vaso, nerviosa mientras miraba en todas direcciones.

-Sí, sí –Jadeó.


Los ojos de Harry estaban enrojecidos por todo lo que había inhalado, mientras que su cuerpo era una exploción de químicos que lo ponían a volar, el mío estaba totalmente cohibido y puro.

Tenía un plan para salirme de ese infierno para siempre.

Le pedí a Harry que me enseñase el tocador, y así lo hizo, confiada de que estaba totalmente perdido en los efectos del alcohol y las drogas, le dije que me esperase, que no tardaría.

Cerré la puerta una vez adentro y salí por la puerta que daba al otro cuarto, salí sigilosamente y fuí escaleras abajo, salí al patio delantero y por suerte llevaba mi bolso, miré atrás y ví a Harry buscandome en todas direcciones ¡Oh, mierda! Harry contaba con sus sentidos en perfecto estado.

Harry me divisó entre la gente y ahora sólo tenía una opción, correr.

Y corrí.

Corrí como sí el mundo se me viniese encima.

¿Qué creen que pasara ahora?

ObservadaWhere stories live. Discover now