La vida es un baile.

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PEETA.

La banda de música se desvaneció en el fondo cuando clavé la mirada en el oscuro hueco de mi vaso. Encorvado sobre un taburete en la esquina de la barra, trataba de ocultarme del resto del mundo.

— Tomaré lo mismo que él — dijo una voz femenina detrás de mí.

Me di la vuelta despacio y vi a Delly Cartwright. Ella es el motivo de que estuviese allí sentado dando sorbos a un refresco de cola en lugar de esconderme en mi apartamento, tal como lo hacía la mayor parte de los fines de semanas.

— Probablemente será mejor que pidas otra cosa — contesté con cortesía —. Esto no es más que un refresco.

Ella me devolvió una mirada inquisitiva y sonrió.

— Debe haber una historia detrás de eso, pero estoy prácticamente segura que de no la vas a compartir conmigo.

Puedes estar segura.

Volví a girarme hacia la barra y vi cómo ella se deslizaba sobre el taburete que había a mi lado. Continuó hablando con el camarero y cruzó las piernas con un pausado y bien estudiado movimiento, como si supiera que la estaba mirando. Volví la vista a mi vaso y luego miré mi reloj.

Joder, de verdad que llevo aquí solo una hora.

— ¿Sabes? Podrías intentar mostrarte un poco más feliz, Peeta. Mira a tu alrededor. Esta noche está siendo todo un éxito — comentó Delly, haciendo un barrido con la mano para mostrar el enorme salón de baile.

Había contratado a Delly hacía menos de tres meses y se las había arreglado para conseguir todo cuando solicité que hiciese. Cuando regresé de la UCLA, estaba destrozado sin posibilidad de consuelo.

Sinceramente, todavía lo estaba.

Ver a Katniss en aquella sala de recuperación, sabiendo que el corazón que ahora latía en su pecho no acabaría con ella, hizo que cada minuto que habíamos pasado separados mereciese la pena. Cuando sostuve su mano y besé su piel, supe que ella tenía un futuro absolutamente brillante por delante y me dejó devastado saber que yo no lo vería. Dejarla por segunda vez había sido como dejar mi alma atrás.

Regresé aún más confuso.

Había hecho lo que necesitaba hacer. La cirugía de Katniss se había llevado a cabo, estaba pagada al completo y ella se iba a recuperar.

¿Podría ahora regresar con ella? ¿Tomar lo que es mío y seguir manteniendo a flote los negocios de la familia?

Confrome entré en el edificio de Mellark Investments a la mañana siguiente de mi regreso desde Los Ángeles, encontré a mi hermano esperándome.

— Papá falleció anoche — me dijo —. La junta se reúne dentro de media hora.

Aquel día perdí a mi padre, y mi hermano y yo heredamos nuestro legado. Todo lo que ocurrió desde entonces transcurrió como una bruma de reuniones interminables, además de ayudar a mi familia a pasar el luto por un hombre del que apenas tenía recuerdos y ocuparme de todo el papeleo que aquello conllevaba.

No podía regresar con ella.

Ver a mi madre derrumbarse sobre el ataúd de mi padre cuando lo comenzaron a deslizar dentro de la tierra hizo que lo viese claro. Entrar en una sala de juntas repleta de señores de mediana edad que esperaban de mí que salvase la compañía hizo que la idea se solidificase. Yo había tomado la decisión de llamar a Marvel, y había escogido mi destino.

Ahora, estaba viviendo aquel destino.. a duras penas.

Cuando accedí a volver a casa, le advertí a Marvel que las cosas se gobernarían de un modo diferente. Se lo había impuesto, y desde el día en el que volví a casa reestructuré la manera en la que se desarrollaba el negocio en el plano financiero. Aún no era una máquina perfectamente engrasada, pero ya funcionaba mucho mejor. Estábamos ganando dinero.

Vivir (Evellark)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن