No me llames princesa

Capítulo especial

Sebastián.

¿Por qué siempre que piensas que tienes la vida solucionada, que serás feliz para siempre porque lo tienes todo, tiene que pasar algo que se lleva todas tus ilusiones? ¿Será para recordarnos que la vida no puede ser perfecta? ¿Para devolvernos a la realidad? ¿O por alguna razón que nunca lograremos entender?

Supongo que me quedo con la última opción, porque creo que ni aunque lo intente, lograré entender por qué todo se acaba de ir a la mierda. ¿Por qué a ella? ¿Por qué tan cerca de alcanzar sus sueños?

Nunca en mi vida he llorado por una chica, nunca he sentido suficiente como para hacerlo pero en las últimas semanas es casi lo único que he podido hacer. Desde que la vi en esa camilla entrando a la ambulancia, más muerta que viva que no pude contenerme. Había escuchado el accidente y no tenía idea de dónde estaba, llamé a emergencias pero me cortaron pensando que estaba bromeando al no saber el lugar en que ocurrió, no sabía qué hacer así que tomé mi auto y conduje a toda velocidad hasta su casa, sabía que había estado ahí porque iba a pasar la a buscar para salir juntos pero algo le había pasado y estaba demasiado alterada para contármelo por teléfono. Reduje la velocidad una vez que estuve cerca de su casa y entonces, escuché las sirenas. Seguí el ruido y me encontré con un montón de gente ahí, algunos grababan con sus teléfonos y me dieron ganas de rompérselos pero no había tiempo, tenía que comprobar que fuera un error, que mi novia solo me había cortado el teléfono porque se lo habían robado y ese ruido seco con la bocina no fue más que un ruido de fondo. Pero no fue así, la vi en la camilla con los ojos cerrados, en la calle había un charco de sangre y todos trabajaban con rapidez.

Corrí hasta ella y un policía me detuvo diciendo que no podía pasar, le grité como en ninguna otra ocasión podría gritarle a un policía y pudo haberme arrestado ahí mismo, pero cuando le dije que era mi novia y que necesitaba verla, creo que le di lástima porque accedió. No me dejaron tocarla, ni moverla para que reaccionara en un principio aunque sí pude ir en la ambulancia con ella hasta la clínica; le fui tomando la mano todo el camino hasta que entró en paro y tuvieron que reanimarla. Estuvo a punto de morir en esa ambulancia frente a mis ojos, pero el equipo médico actúo con precisión y yo estaba como un idiota, paralizado y sin poder dejar de mirarla. Un par de lágrimas caían por mis mejillas pero no las sentía, solo lo supe que una gotas cayeron sobre mis manos temblorosas, no sentía nada en todo el cuerpo, solo quería bajarme de ese vehículo porque comenzaba a sentir un poco de claustrofobia. ¿Cuándo se terminaría toda esta mierda?

Luego de que llegáramos a la clínica y la ingresaran, me quedé en una maldita sala de espera pero de esas horas solo tengo un vago recuerdo. Sé que me seguía sintiendo ahogado a pesar de que la sala era enorme, sé que llamé a la madre de Mar, que por casualidad también se encontraba en la clínica ya que Martín, el hermano pequeño de mi novia, se había quebrado el brazo. Sé que llamé a mi hermano para que fuera él quien se lo dijera a Gabby, supuse que después de ser padres, aunque no estuvieran juntos, al menos conocería una manera de alivianar el golpe. También le pedí si podía ir a buscar mi auto porque lo había dejado muy mal estacionado en el lugar del accidente y para mi sorpresa, se mostró demasiado amable conmigo.

La señora Samantha llegó en menos de cinco minutos a la sala de espera, había dejado a Martín ingresado y le había pedido a una enfermera que lo cuidara, o algo así dijo. Y la siguiente persona que vi llegar corriendo, fue Gabby, tenía los ojos llorosos y todavía un par de lágrimas no se secaban en sus mejillas. Abrazó con fuerza a su madre, mientras llegaba mi hermano con Caleb en sus brazos y me abrazó como nunca en la vida. Lloré otra vez, necesitaba a mi melliza a mi lado pero se había ido a Canadá antes del accidente, no tenía idea de cómo se lo diría, esto también la destruiría.