Dejarte ir de mi mente.
Un acorazado que no le gusta dejar pasar nada.
Un criptograma con el que armo las mejores historias.
Historias que se esfuman con la aurora de cada día.
Con mi conciencia que me arrastra como un minutero devorando las horas hasta alcanzar la cupula de mi razocinio.
Desde ahí, lo más alto de mi pensamiento me lanzo a diario con la esperanza de enterrarme cada vez un poquito más.
Para mantener firmes mi pies en la tierra.
Recordar que cada acto de mágia guarda un truco y que tú no eres la excepción.
Un truco de mi corazón bizarro que de a poquitos se entregó a la fantasia.
Una fantasia que para bien o mal no irá más allá de un libro de poesia.
De una lista de reproducción que se ha convertido en la banda sonora de todo lo que divaga mi mente contigo mientras ella suena llevandose lejos el transporte público.
Puede que no quiera dejarte ir de mi pero en realidad no hace falta.
Eres tú quien de a poco acabará con ese mundo de papel, megapixeles y música que resguardo de todos.
Con cada olvido que me regalas.
Con la indiferencia con la que me etiquetas.
ESTÁS LEYENDO
Chocolates de formol
PoetryNada es tan cierto, claro y preciso como la poesía, por eso es la mejor manera que tengo para hablar contigo de frente. Estos poemas son solo pensamientos que ya no caben en ninguna parte de mi alma y a veces de mi imaginación, pero casi en su total...