Me escapé un ratico al cielo y la luna me regañó, porque ya tú estabas durmiendo y ni un beso te di yo.
Le dije que con las estrellas mil abrazos te mandé y con la brisa de la noche con dulzura te arrullé.
Entonces la luna apenada por su mala acusación, ahora siempre me presta sus ojos para observarte desde un rayito de su luz en tu habitación.
Ahora la noche que trae consigo la oscuridad que tanto le temo, se ha convertido en mi cómplice acompañando a mis desvelos.
Ojalá algún día pueda mirar tus ojos al sol saludar y que en persona pueda disfrutar de tu compañía, la mejor que podría encontrar.
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Chocolates de formol
PoetryNada es tan cierto, claro y preciso como la poesía, por eso es la mejor manera que tengo para hablar contigo de frente. Estos poemas son solo pensamientos que ya no caben en ninguna parte de mi alma y a veces de mi imaginación, pero casi en su total...