Ampárame señor de su tentación que casi me arrastra a la locura.
¿No es labor del diablo hacerme pecador?
Me acuso ante ti de lujuria.
Porque he deseado entrar a su alma y vivir en ella.
Ese par de vitrales que dan luz a la abadía de su cuerpo.
En blanco mármol se erige imponente ante mi.
Tan inmensa como lo gloria de su nombre.
Yo, un puñado de malas costumbres queriendo que me cobije.
"Qué avaricia más grande" quizás pienses de mi señor pero...
No quiero poseerla, muy lejos de eso.
Quiero que sea una plegaria para mi alma.
La que haga de mi algo mejor.
Llevarla a donde sus sueños dejen de serlo.
Quiero que sea luz en la oscuridad.
Que cada día nazca de nuevo y cada noche muera entre mis brazos.
Cincuenta o ciento ocho vidas más
Es ella quien me posee.
Su divina potestad es mi casa.
Y no, no es lujuria.
Solo es amor.
Por ello ya llegué a la locura.
El mejor rincón de su corazón.
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Chocolates de formol
PoetryNada es tan cierto, claro y preciso como la poesía, por eso es la mejor manera que tengo para hablar contigo de frente. Estos poemas son solo pensamientos que ya no caben en ninguna parte de mi alma y a veces de mi imaginación, pero casi en su total...