Entre el ruido de la calle se pueden oír pequeñas voces tintinar.
Se esparcen entre autos, mendigos y buhoneros.
Son los hijos de la desidia.
Serán las sombras del mañana.
Crecen en el asfalto como dientes de león.
El viento las lleva sin dolor alguno.
Pobres inocentes no conocen el bien.
Le huyen a quién de ellos quiere cuidar.
Deberían de ser la más fina miel.
La que endulce el camino del nuevo amanecer.
Uno donde sus risas sean más fuertes que sus llantos.
Donde cada uno sea protegido en un regazo.
Son los hijos de la desidia, flores de asfalto.
Los que en un futuro deberían ser aplaudidos y no maldecidos.
Los que deben ser amados y no amaestrados.
Los que deberían marcar el camino y no perderse en él.
YOU ARE READING
Chocolates de formol
PoetryNada es tan cierto, claro y preciso como la poesía, por eso es la mejor manera que tengo para hablar contigo de frente. Estos poemas son solo pensamientos que ya no caben en ninguna parte de mi alma y a veces de mi imaginación, pero casi en su total...