56. Un beso de sello postal

419 15 7
                                    

Hola, solo quería ser capaz de hacerlo alguna vez y de alguna manera. No es nada fácil escribir una carta sabiendo que el retorno al remitente vendrá vacío. 

He confirmado que no es necesario ver a alguien a los ojos para que te desnude por completo.

Dejando sola e indefensa el manojo de nervios que me he vuelto bajo tu mirada tierna y apacible, quedando a merced de mis impulsos cada vez más difíciles de esconder.

Tantas cosas quisiera decirte pero solo serían un látigo constante cuando a diario me encuentre con algún silencio tuyo.

Puede que nada cambiase y siguieramos en este baile donde yo de lejos no me animo a invitarte.

Pero arriesgarse es demasiado, incluso para mi que no me inmuta hablar frente a una multitud y ahora tú nada más te das abasto para hacerme temblar.

Me eres todo un regimiento intimidante aún en la distancia ¿qué quedaría de mi si no hubiera tal distancia?

En verdad de mi no quedaría mucho, seria todo de ti y podría demostrarte que mis palabras son los hechos que mi cariño ha guardado para amarte.

Que no te conozca en persona no limita mi querencia, me gusta lo que muestras de ti, me enamoré de lo que como amistad pude sentir y apreciar. Lo que con las confidencias y la cotidianidad me mostraron un pedacito de ti.

Y así fue alargandose cada vez más esta carta, hasta darme cuenta que mis palabras en realidad serán solo eso para ti, palabras.

Pero aun asi la guardaré con el mismo cariño que he guardado todo lo escrito para ti, seguro será parte importante del prólogo  cuando me decida a darle forma a mi obra más hermosa.

Una historia de amor que se alimenta con chocolates de formol, permitiendo que mis dulces sentimientos se preserven para la eternidad para soportar cualquier dolor.

Chocolates de formolWhere stories live. Discover now