La dama de antaño

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Se desbordó el sentimiento.

Los hermosos colores que dibujaban su sonrisa se tornaron gris ante el caos.

El brillo y la ilusion de sus ojos se han hecho huecos al contemplarse.

Con pesadez persigue el rastro de quien pintaba su mundo.

Al verlo a penas lo reconoce.

Ya no es su pintor.

Hizo de su momento de gloria un paisaje abstracto.

La dama no encontraba la forma de vivir en armonia con sus colores.

Su lienzo curado en frio añora la calidez que cubria sus canvas.

Con el tiempo de aliado su gris caerá dejando solo la alegria de su contraste original.

La calidez que arropaba a su publico espectador.

El misterio entre el velo de su mirada y su cálida sonrisa.

Gozará entonces de respirar de nuevo en su galeria.

Será quien solo ella sabe ser.

Desafiante del crítico con sus fuertes trazos.

Enmarcando su temple en el transfondo de su sutileza.

Valiente y decidida, dueña de si.

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