Cap. 26: La Reina de Corazones

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–Hay una marca de calor por encima de vosotros –indicó Jet por el comunicador.

–Parece que tenemos visita, cariño –dijo Kokoro no Joo en tono burlón.

Nos giramos para ver a una zona elevada, donde se encontraban Kokoro no Joo y Rogue, con una pagoda detrás de ellos. Al mirar a James él no reaccionó siquiera, rápidamente busqué con la mirada el camino de acceso a la pagoda.

–Encárgate de ellos –ordenó Nami Ai.

Rogue no se lo pensó dos veces, y lanzó dos llamaradas que dejaron la zona rodeada en fuego, impidiéndonos salir.

–¡Intenta apagar el fuego! –dijo Lon mirando a Yaolan–. ¡Sé qué pretende hacer!

Rogue saltó a la zona donde nos encontrábamos y preparó sus puños para seguir atacando, al ver esto, Yaolan le lanzó varios ataques para congelar sus manos, Lon negó con la cabeza y rápidamente generó una vara de hierro con la que golpearle, pero Rogue detuvo el golpe con su mano, el ambiente rodeado de fuego le permitió recuperar su temperatura y calentar la vara de Lon hasta que comenzó a doblarse.

Mientras ellos dos peleaban, observé que Yaolan no sabía qué hacer.

–¡Akai Yuki! –la llamé–. ¡Hazme una salida!

Yaolan usó sus poderes para apagar una parte del fuego que nos rodeaba y yo aproveché para salir de ese perímetro. Rogue hizo un gesto para atacarme al ver aquello, pero algo le detuvo y continuó combatiendo a Lon mientras Yaolan se centraba en controlar el fuego.

Ante ese momento de debilidad de Rogue, Kokoro no Joo tembló un poco, y trató de alejarse del lugar, sin embargo, yo la alcancé con mi supervelocidad e impedí su huida agarrándola.

–¡¿Qué le has hecho?! –pregunté enfurecida y dándole descargas leves para que hablase.

–Hay algo entre ustedes –dijo ella–, ni con el control que tengo sobre él es capaz de hacerte daño, eso debe ser...

Al verla debilitada, la tiré al suelo y me coloqué sobre ella para golpearla con mis puños.

–¡¿Cómo lo libero de ese control?! –pregunté.

–Ahora mismo se controla por la dopamina que yo he generado en él –comentó ella.

–¡¿Y qué?! –insistí.

–Tienes que conseguir que genere otra vez dopamina por su cuenta –dijo riéndose.

–¡¿Cómo lo hago?! –pregunté nuevamente.

Ella se limitó a hacer el gesto de un corazón con sus manos y yo me quedé pensativa mientras se reía, pero finalmente entendí lo que había que hacer.

Descendí rápidamente hasta la zona de la pelea, donde Lon resistía a Rogue, hasta que cometió un error. James logró golpear en la rodilla a Lon y con un fuerte golpe en la cabeza, lo dejó inconsciente.

Yaolan al ver aquello lanzó varios ataques, pero Rogue no tardó en bloquearlo y expulsar varias llamaradas que la lanzaron lejos en dirección al estanque.

Reuní el valor suficiente para ponerme sobre él y se quedó en posición ofensiva, sin hacer nada, me acerqué lentamente y casi sin que reaccionase le destapé la cara y junté mis labios con los suyos para darle un beso. En seguida noté cómo sus brazos dejaban de estar tensos y él se enfrió rápidamente para acariciarme una mejilla.

–¿Estas bien? –pregunté dejando de besarle, pero mirándolo a los ojos más cerca que nunca.

Él suspiró y me miró conmocionado.

–Ahora sí –dijo mostrando una leve sonrisa.

Pudimos oír las sirenas de policía y los bomberos alrededor de la zona, no tardamos en recoger a Lon y a Yaolan y marcharnos del lugar.

Una vez que regresamos a la base, nos reunimos con Jet y esperamos a que Lon y Yaolan despertasen.

–¿Entonces ya esta bien, James? –preguntó Jet extrañado–. ¿Cómo lo conseguiste?

–Le... –intenté decir nerviosa.

–Me golpeó en la cabeza –mintió James al ver mi reacción–, fue como reiniciar un ordenador.

–¡Ah! –entendió Jet inmediatamente–. ¡Haber empezado por ahí!

–Buen trabajo –dijo Artemisa llegando al lugar–, aunque Kokoro no Joo se me ha vuelto a escapar.

–Perdona –dijo Jet–, ¿cómo se supone que entras y sales cuando te da la gana?

Ella reveló que le había quitado la tarjeta de acceso a James, pero rápidamente la dejó sobre una mesa.

–Os interesará saber que es un tal Ryosuke, de la organización del Sol Negro el que esta detrás de los experimentos de Darkness –explicó–. Uno de los resultados fue Kokoro no Joo, otro fue Kibou... –dijo mirando concretamente a James.

–¿Quién es Kibou? –pregunté extrañada.

–Luego te lo explico –dijo quitándole importancia–. ¿Por qué nos cuentas esto?

–Por lo que habéis estado haciendo parece ir encaminado a detenerle, ¿me equivoco?

–Si esta con Darkness, claro que sí –indicó James con seguridad.

–Entonces Hefesto os invita al cuartel de los Pupilos –indicó.

–¿El cuartel de los Pupilos de Hefesto? –preguntó Jet emocionado–. ¿Y dónde se encuentra? ¿En el Taigeto? ¿El Parnaso? ¿El propio monte Olimpo?

–En Grecia estaba el de la Liga Olímpica –indicó ella anulando la importancia de la revelación–. El de los Pupilos esta en Hokkaidō. Os hemos conseguido billetes para ir allí, así que arreglad lo que necesitéis por aquí e id, tenéis un día.

Artemisa se marchó del lugar y lo mismo hicimos nosotros poco después.

Llegué a mi casa y abrí la puerta, solo para observar cómo las luces se encendían y mi padre llegaba a recibirme.

–¿Qué te dije, Mary? –preguntó con seriedad.

–Era una emergencia –dije.

Mi padre se acercó y me pasó el dedo por los labios.

–No importa –me dijo–, entiendo que te haces mayor, pero no te saltes la ley. ¿Hay algo más?

Al oír aquello no le di muchas vueltas y se lo dije directamente.

–Vamos a hacer un viaje...

Mi padre estuvo en silencio unos segundos.

–¿A Hokkaidō? –preguntó.

–Sí... –respondí extrañada de que supiese a dónde.

–Entonces puedes ir –aceptó–, ve preparándote.

Rogue's NationWhere stories live. Discover now