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Desperté en una habitación que no conocía y, me asusté al ver a alguien a mi lado. Pero, me alivié al ver a Ashton, dormir como un ángel.

Traía ropa interior, que no recordaba haber usado ayer.

Busqué por todo el lugar, mi ropa. Pero solo encontré una playera, que seguramente me iría larga y, no dejaría mucho a la vista.

Mi cabeza, estaba a punto de estallar, era insoportable este dolor que tengo en ella.

Me apuré a cubrirme con la tela delgada, de algodón. Y, busqué el cepillo de mi cabello en el bolso.

— ¿Qué haces allí? —Ashton me pregunta y soba sus ojos, con sus manos. — ¿Te irás vestida así?

—No. ¿No te molesta que use tú playera? —Le pregunto.

El sonríe, mientras está a punto de sentarse sobre la cama.

—No, ¿Por qué iba a molestarme que luzcas mi playera? Eres hermosa, además se ve mejor en ti.

Mis mejillas se sonrojan y, le sonrío.

—Gracias. Aún no me iré, me duele la cabeza.

—Querías violarme. —Él suelta como si nada y, yo estoy a punto de morir de vergüenza.

—¿Qué? —Casi grito, él sonríe más.

—Así es Chantal. —El afirma. —Querías que me acostara contigo.

¿Qué demonios? ¿Qué pasó la última noche?

—Oh mierda, lo siento tanto... ¿No lo hiciste no es así?

—No Chantal, tranquila. —Me siento aliviada por sus palabras. —Sé que eres virgen.

Suspiro y, me siento en el borde de la cama. Él me acompaña en cuanto me ve allí.

— ¿Cómo llegaste aquí?

—Estaba en Perth, porque sabía que me necesitarías.

Fruncí el ceño.

—Yo soy independiente, no te necesito.

—Tristan, tú 'amigo' —Hizo unas cómicas comillas con sus largos dedos, en la última palabra. —Quería follarte, sólo decía.

Probablemente haya empalidecido, porque me asusté.

—Dios santo, ¿Qué carajos pasó conmigo cuando bebía? Nunca más volveré a beber, nunca más.

—Te vuelves loca, eso es cómico.

—Dios, ¿Qué otras cosas te dije?

—Que yo recuerde, nada más. Estabas molesta, porque no te dejé quedarte allí y te arrastré al auto y, luego al baño.

—Oh, ¿Me arrastraste al baño?

—Te mojé un poco, con agua fría. Lo siento. Dicen que eso es lo adecuado, ya sabes, en cuanto estás ebrio.

— ¿Nunca estuviste ebrio?

El sacude su cabello.

—Sí, he estado ebrio. En incontables veces, es común en mí. Pero, estoy tratando de dejarlo... no es bueno para la gente que me rodea.

— ¿Por qué?

—Dime... ¿Nunca te cansas de ser tan jodidamente preguntona?

—No, me gusta preguntar. Ahora, ¿Por qué?

—Porque tiendo a volverme violento y, eso no es bueno.

—Entiendo...

—Ahora quiero preguntarte algo... ¿Te gustaron las pinturas?

Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora