Capítulo 29

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Los días continuaban pasando de diferente manera para todos.

Kairos recibió tiempo atrás una carta del faraón informando sobre el secuestro de Musim, vio necesario contarle a Mavi, puesto que enviaría guardias a merodear los alrededores por si se encontraban con el muchacho y sus captores, el pelirrojo dio una descripción detallada que Kairos hizo pública, no pasaría desapercibido, mucho menos tratándose de un grupo grande de hombres quienes aparentemente lo retenían, al menos eso era lo que Admes describió.

Antes de enterarse de esa terrible noticia para Mavi, la fecha de la boda ya había sido dada y debían continuar con los preparativos, algo como eso no podía retrasarse por un hecho que no tenía nada que ver con ellos, aunque Kairos era consciente de lo preocupado que su prometido se encontraba, por ello decidió pasar tanto tiempo a su lado como le fuese posible, al menos así se encargaba de mantenerle alejado de ese sentimiento.



En Estibar las cosas no iban mejor respecto a la desaparición de Musim. Admes aún no sabía quiénes fueron los que se lo llevaron, escuchó sobre rebeldes que causaron algunos disturbios en pueblos cercanos, sin embargo, Musim no fue visto en ninguno de esos lugares.

Los problemas reales del país comenzaban a acumularse y debía tomar una decisión, utilizar la cantidad de recursos que llevaba hasta el momento únicamente para buscar a Musim resultaba ridículo y no lograba nada, mientras que en las ciudades el caos comenzaba a desatarse, especialmente en aquellas que colindaban con la frontera hacia Jarise.

Esa mañana dio la orden para reducir la cantidad de hombres designados a la búsqueda de Musim, a ese paso comenzaba a dudar que siguiera en manos del mismo grupo de hombres que alguien dijo haber visto en el bosque cerca de Estibar. Había tantos rumores que eso comenzaba a convertirse en una jodida burla.

Sumado a eso, estaba el asunto con Sirey que simplemente no avanzaba. El muchacho solía despertar por las noches llamando a su perro y lloraba al recordar lo que le había ocurrido, Admes no tenía idea de cómo lidiar con eso, pero al menos durante los días parecía encontrarse más estable. Guardaba reposo casi absoluto por el riesgo en el embarazo, con cuatro meses y medio sería realmente malo que se adelantara el parto.

Sus esposas fueron ejecutadas públicamente después de que Aster se encargara de ellas haciéndoles pagar por el sufrimiento de Sirey, sin embargo, el chico no tenía ni la menor idea, Admes sabía lo susceptible que podía ser y no deseaba causarle más emociones negativas cuando su estado de ánimo ya era bastante peligroso.

Acababa de cumplir cinco meses de embarazo, pasaba días enteros acostado y solo se levantaba cuando debía alimentarse, ocasionalmente Admes le hacía ir al comedor para que caminara un poco, y aunque Sirey obedecía, solía mantener la mirada baja y pocas veces hablaba, solo respondía cuando le ordenaba hacerlo.

Otro problema bastante molesto comenzaba a ser la presencia de Aster, algunas veces coincidía con ellos en los pasillos y tenía la mala costumbre de dirigirse a Sirey con más interés del debido, provocando que el muchacho se asustara por sus palabras ofensivas e incluso la cercanía que propiciaba. Admes no lo consideraba un peligro, solo le parecía un imbécil con ganas de fastidiar a alguien, tenía cosas más importantes qué solucionar, así que lo dejaba pasar tan solo con una advertencia de por medio.

Entró a su habitación cuando pasaba del medio día, le extrañó no ver a Sirey recostado, sino cerca de una ventana mirando hacia el exterior. Estaba tan distraído que no le escuchó acercarse, fue hasta que posó una mano en su cintura que Sirey reaccionó y le miró por un segundo antes de intentar alejarse.

Cuando el alma es quebrantada.Where stories live. Discover now