Capítulo 24

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Kairos estaba sentado frente a Galia, había pedido su presencia a solas en un despacho del palacio, en cuanto la vio llegar supo que sería difícil acabar con todo de forma pacífica, sin embargo, ni a él y mucho menos a ella les convenía un juicio. Él no tenía nada que perder, más bien, le preocupaba que Mavi se viese involucrado y le afectara emocionalmente cuando no se encontraba del todo bien.

Habían pasado varias semanas en las que Kairos solo se concentró en buscar a Aster en cualquier sitio posible, pero en vista de no haberlo encontrado, lo único que podía hacer era ocuparse del otro problema pendiente.

Desde el inicio Kairos se aseguró de proteger a su hija y a Mavi ante las leyes, declaró que sus propias acusaciones contra Mavi habían sido en un arranque tras un malentendido, tuvo que dar detalles específicos a la corte, explicando por qué no sabía de la concepción de la niña, todo se comprobó gracias a los testigos, la familia que cuidó del chico todo ese tiempo, clientes del lugar, incluso los mismos empleados del palacio cercanos a Kairos y otros no tanto, quienes declararon que Kairos y Mavi no volvieron a tener ningún tipo de encuentro a partir del contrato matrimonial del emperador.

Por supuesto, como en cualquier juicio, Mavi fue llamado a declarar y tuvo qué decirlo todo, incluso lo que sucedió con Aster, a quien la corte juzgaría por traición considerando que había sobrepasado límites legales más allá de haber violado sexualmente a un chico, pues atentar contra la vida de un posible heredero, aún si se trataba de una niña (lo que se supo hasta el nacimiento) era sumamente grave. Kairos le brindó la fuerza y confianza para soltarlo todo cuando se presentó ante esa corte que sin conocerle le juzgó con anterioridad gracias a una falsa acusación, aunque Mavi no quiso pensar demasiado en ello, considerando que Kairos no quería que todo acabara como ocurrió.

Galia no fue requerida en aquel momento, hasta ahora todo el punto pensaba que el hijo que ella esperaba sería un descendiente más de Kairos, y puesto que él era un caballero a pesar de todo, decidió hablar con su mujer antes de dejarla mal ante la corte, su familia, incluso delante de su amante que permanecía hasta la fecha en el palacio. Kairos no se tomó la molestia de hacerle saber que conocía la verdad, fue paciente y averiguó todo, incluso conversó con Dónovan retomando aquella charla que ignoró a su llegada, ya con el asunto de Mavi solucionado, podía concentrarse en algo casi igual de importante.

Donovan fue completamente sincero, le contó todo, desde cómo conoció a su mujer poco antes de la boda, el amor que surgió entre ambos, aunque a esas alturas él comenzaba a pensar que ese enamoramiento no era mutuo, la cantidad de veces que ella se encontró con él en aquellos viajes que solía realizar, y también le contó que Galia le había mentido sobre la fecha de concepción de su supuesto hijo, ella había quedado embarazada un mes antes de lo que le dijo a todos, durante su más largo viaje a solas donde fingió visitar a su familia, con quienes nunca llegó.

Eso decía mucho, demasiado, Galia no habría tenido oportunidad de embarazarse de Kairos durante el mes que Dónovan indicó, ni siquiera pudo suceder antes de que ella partiera, habían discutido dos semanas antes y por ende Kairos no se acercó íntimamente a ella en ese tiempo a pesar de llevar muy poco de casados, justo días previos a su partida, Galia estuvo indispuesta por presentar el sangrado femenino de cada mes, en cuanto su circunstancia se lo permitió, ella salió de Lireo sin haber resuelto el problema marital, hasta que volvió varias semanas después con unas inmensas ganas de darle un hijo, con el pretexto de verse presionada por su familia.

Kairos no dudó de ella entonces, supuso que era algo normal y además se veía en la obligación de engendrar un heredero junto a su esposa, así que la rutina sexual se dio hasta que Galia informó sobre sus malestares y fue revisada por un médico enviado por su familia.

Cuando el alma es quebrantada.Where stories live. Discover now