Capítulo 6

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Habían pasado varios días. Larzen se encontraba en su habitación, pasaba del medio día y había tenido un encuentro íntimo más con Mavi, después de que éste le llevó su desayuno horas antes.

El pequeño había vuelto a realizar sus tareas diarias, pero a pesar de que todo marchaba como siempre, había algo diferente. Mavi no salía de la habitación más que para lo necesario como realizar la limpieza del cuarto o ir por algo que Larzen le pedía, su obediencia era absoluta, no volvió a ser sorprendido visitando a los esclavos, ni siquiera a Musim.

Constantemente Larzen lo sorprendía con la mirada perdida y llorosa. Cuando lo tomaba, Mavi ladeaba el rostro y gemía forzadamente durante todo lo que durara esa situación, después solo se encogía en una orilla lejos de él y no decía ni media palabra. Apenas hablaba lo necesario, con un tono monótono carente de cualquier emoción.

Justo ahora, el chico se había quedado dormido y la tensión de su rostro decía que no descansaba adecuadamente.

Larzen se levantó dejando de lado la preocupación respecto al pelirrojo, él quería que el mocoso obedeciera, pues ahí lo tenía, sin ningún ánimo para levantarse de esa cama y andar merodeando por donde no debía.

Cuando el hombre salió del cuarto, escuchó un disturbio en el fondo de uno de los pasillos, así que fue de inmediato imaginando que algún cliente era el causante de todo, y no se equivocó, sin embargo, no esperaba que aquel muchacho, Musim, estuviese involucrado.

Llegó cuando sus guardias sacaban arrastrando a un hombre enorme, alto y demasiado pesado, estaba ebrio e inconsciente, lleno de su propio vómito y sangre que escurría en gran cantidad desde su boca, además de los golpes que los guardias le propinaron para controlarlo, sería retenido por los daños causados. No era un cliente frecuente, de hecho, todos parecían desconcertados al intentar reconocerle, debía tratarse de un viajero.

Larzen entró al cuarto de Musim viendo con fastidio el caos que había dejado aquel imbécil. Averiguaría inmediatamente quién carajo era. Maldijo acercándose de prisa al muchacho cuando recordó que tenía todo listo para que partiera al amanecer, olvidó advertirles a sus empleados para que solo le permitieran atender clientes ya conocidos que no produjeran más marcas de las que ya llevaba.

Ahora sería imposible enviarlo a un viaje tan largo, el chico había sido atacado violentamente y ni siquiera se movía a pesar de seguir consiente.

Musim estaba tendido en el piso, debajo de su cabeza se iba formando lentamente un pequeño charco de sangre, y su rostro estaba excesivamente golpeado, uno de sus ojos estaba tan inflamado que no podía abrirlo, su brazo izquierdo no tenía una posición normal, tampoco su pierna del mismo lado definitivamente tenía ambos miembros fracturados. Más sangre se derramaba entre sus piernas y Larzen se asomó un poco viendo que dentro tenía una botella de licor.

Aquel cliente desconocido no era más que un salvaje que seguramente no tenía la menor idea de cómo se manejaban en ese lugar, estaba prohibido provocar daños mayores a los esclavos, su costo no cubría una posible pérdida, y ahora Musim había sido brutalmente golpeado, que Larzen dudaba que fuese a recuperarse.

Estaba perdiendo mucha sangre y seguramente había algunas costillas rotas, cuando el chico abrió la boca tosiendo ahogadamente y más líquido carmesí escurrió de ahí, Larzen dio por hecho que el mocoso no la libraría, si sus costillas habían atravesado algún órgano, iba a morir antes de que anocheciera por completo.

Pero le intrigó ver que Musim escupía algo más que sangre mientras comenzaba a perder el conocimiento. El mayor se inclinó observando una extraña bola roja y de inmediato supo lo que era. Tomó la cara del chico abriéndole la boca solo para ver que no estuviese mutilado, al comprobarlo entendió de inmediato que aquel trozo de lengua en el piso era del hombre que le había atacado.

Cuando el alma es quebrantada.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang