Capítulo 32

6.8K 386 61
                                    

Os dejo una fotito de Andrea y Valeria

Disfrutad del capítulo <3

Andrea

Ordenar mi habitación nunca ha sido uno de mis puntos fuertes.

De hecho, ahora mismo me encuentro removiendo todo para encontrar mi dichoso móvil. A veces me olvido completamente de él hasta que recuerdo que tengo que dar señales de vida a mi familia para que no se preocupen más de lo normal.

―Chicas, ¿habéis visto mi móvil? —les pregunto después de mirar en todos los sitios que se me ocurren.

Las voces de mis amigas se hacen presentes:

―¡No! ―contestan Sofía y Paula al unísono.

—¿Val? —pregunto, pero no recibo respuesta.

Supongo que mi amiga estará ya en el quinto sueño, te despistas un segundo y te la encuentras dormida en cualquier parte.

―Joder —murmuro, estoy empezando a perder los nervios.

Me paro a pensar, a ver si he olvidado algún sitio. Lo único que se me ocurre es habérmelo dejado en casa de Pablo y, aunque lo dudo, prefiero preguntar para salir de dudas.

―¿Quieres que te llamemos? ―pregunta Sofía, asomando la cabeza por la puerta de mi habitación.

―No serviría de nada, nunca lo tengo con sonido —respondo.

Sí, soy la típica persona que ni lleva batería ni lleva el móvil con sonido.

Siempre en silencio o en modo no molestar, y de forma excepcional alguna vez con vibración.

―¿Puedes mandar un mensaje por el grupo a ver si me lo he dejado en casa de Pablo? ―le digo a Sofi.

―Voy ―responde rápidamente desbloqueando su móvil.

Sigo rebuscando en los bolsillos y en los bolsos, pero es como si hubiese desaparecido. Suelto un gruñido cabreada y camino hacia el salón para juntarme con mis amigas.

—¿Ha contestado? —pregunto al llegar.

Siento cierto nerviosismo cuando veo que se miran entre ellas en un profundo silencio cuando me ven aparecer. Veo que Valeria sostiene mi móvil y la observo sin comprender nada.

—¿Ese es mi móvil? —le pregunto a mi amiga, señalando lo que sostiene entre manos. Valeria me mira con preocupación y me hace un hueco a su lado en el sofá, indicándome que me siente junto a ella—. ¿Qué pasa? ―le pregunto.

―Cariño —Valeria deja el móvil a un lado y me coge las manos con fuerza—. Tengo que contarte algo y como no hay forma de suavizarlo lo voy a soltar de golpe, ¿vale?

Miro al resto de mis amigas sin entender nada, ellas me devuelven miradas llenas de tristeza y preocupación.

―Me estáis asustando —les hago saber.

―Cielo ―Valeria me mira con cautela—. Han ingresado a tu abuela en el hospital —me dice con toda la suavidad que le es posible.

Me quedo paralizada en ese momento.

Parpadeo varias veces, entendiendo y asimilando la información.

―¿Cómo? —pregunto con voz queda―. ¿Qué ha pasado?

―Por ahora está estable —me cuenta, en ese momento empiezo a sentir lágrimas calientes caer por mis mejillas—. Ayer por la noche le dio un infarto y tuvieron que internarla ―añade, antes de rodearme con sus brazos y darme un buen abrazo.

Atrévete ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora