Capítulo 9

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Pablo

―Todo empezó cuando...―comienzo, pero me veo interrumpido cuando mi móvil empieza a sonar. Miro a Andrea disculpándome y saco el móvil.

Veo que la llamada es de mi madre y no puedo evitar fruncir el ceño, no suele llamarme a no ser que suceda algo verdaderamente importante.

―Dime mamá ―atiendo rápidamente, ella solloza al otro lado de la línea—. ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien? —le pregunto impacientándome.

―Papá y Alba han tenido un accidente ―la escucho llorar al otro lado del teléfono. Abro los ojos exageradamente.

― ¿C-cómo? ―digo.

―No sé que ha pasado no han querido darme detalles por teléfono ―sigue llorando al otro lado de la línea―. Acabo de salir de casa, ¿nos vemos en el hospital? ―pregunta ella.

―Mamá voy a buscarte, no deberías conducir en este estado, no quiero que te pase nada ―la voz se me quiebra.

Si hay algo que odio en esta vida es que mi madre llore, es la más fuerte y valiente de la familia, el pilar de nuestra casa.

―No te preocupes, llegaré bien, no quiero perder ni un segundo ―me dice ella—. Nos vemos allí cariño ―añade antes de colgar.

Miro el teléfono entre mis manos sintiendo una mezcla entre rabia y dolor. ¿Cómo es posible que esto esté sucediendo realmente? Miro el móvil, deseando que la llamada haya sido tan solo un producto de mi imaginación porque no termino de asimilar lo sucedido.

Andrea me rodea con sus brazos en absoluto silencio, sé que lo ha escuchado todo. Soy incapaz de reaccionar, debería levantarme e ir corriendo al hospital, pero no puedo moverme.

Simplemente estoy procesando las palabras de mi madre.

—Lo siento mucho ―murmura Andrea, mirándome apenada―. Vamos, tenemos que ir al hospital ―dice tirando de mi brazo.

Salgo de mi trance y levanto la mirada, encontrándome con sus preciosos ojos azules.

―No hace falta ―miento.

―Te acompaño ―dice rotundamente—, vamos.

―No es necesario, en serio ―le respondo.

―Pero quiero ir ―afirma.

Sin darme tiempo a replicar coge mi mano y tira de mí. Esperamos dos minutos a que llegue el taxi que ha pedido y vamos al hospital.

Llegamos y preguntamos a la primera enfermera que encontramos, la mujer nos indica amablemente que debemos subir a la segunda planta y lo hacemos al instante. Las puertas del ascensor se abren, mi madre está caminando de un lado a otro esperando noticias y, en cuanto me ve, corre hacia mí.

Acaricio su espalda lentamente mientras lucho para mantenerme fuerte.

―Todo va a salir bien, ya verás ―la abrazo con más fuerza cuando noto que llora con más fuerza—. ¿Te han dicho algo?

Se separa limpiándose las lágrimas y niega con la cabeza.

—Tranquila, esperaremos juntos lo que haga falta —le doy un apretón en la mano, ella asiente.

Mi madre fija la mirada detrás de mí y yo imito el gesto, Andrea está a unos metros dejándonos espacio.

―¿Quién es? ―me pregunta, sonriendo débilmente a la morena.

―Es Andrea, la prima de Javi ―le digo, pidiéndole con la mirada que se acerque. 

Ella se pone a mi lado y mira a mi madre un poco avergonzada. Sonrío mentalmente, con el carácter que tiene es raro verla así.

Atrévete ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora