Capítulo 12

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Mina

¿Qué estaba pasando? Era más que obvio que Chaeyoung no sabía nada sobre esto. Pero ahora... ¿Qué debía hacer con tal información? Caminé de vuelta a la mesa, la imagen de aquellas dos chicas aún no salía de mi cabeza y solo traté de procesar cada palabra. ¿Qué se supone que debía pensar Sana? ¿Debía contarle a Chaeyoung? No, no podía hacer eso, no era así de sencillo, aunque... Odiaba la idea de simplemente callar y actuar como si nada.

— Hey, ¿A dónde vas? —pregunté con prisa, Chaeyoung estaba justo frente a mí y sonreí de manera nerviosa al mirar por todas partes. Maldición...

— No encuentro a Sana, ¿Sabes dónde está? —su voz denotó algo de preocupación y yo solo negué con mi cabeza al mirarla nuevamente y sonreí— Iré al baño...

— ¡No! —la detuve colocando mis manos sobre sus hombros y ella me miró un poco raro gracias a mi actitud— Q-quiero decir... Tal vez ya esté con los demás, vamos no exageres.

La conduje nuevamente a la mesa, no podía dejar que las viera, ¿Eso me convertía en una mala persona? Tal vez, pero no podía permitir que se enterara de esa forma, debían hablar y no simplemente formar un escándalo ahora. Cuando llegamos quise dar un grito al cielo porque noté que Sana ya estaba sentada pero Tzuyu no, al parecer se había ido. Fue lo mejor sin duda.

El resto de la noche sería incómoda para mí.


*


Sentí algo suave recorrer mi espalda, muy lentamente, luego algo tibio y húmedo recorrer mi cuello y terminé estremeciéndome aún más por tales caricias.

— Despierta... —susurró contra mi oreja y luego mordió esta suavemente. Solté un bajo gruñido y abrí mis ojos sintiendo la molestia de la luz en ese momento, Nayeon sonrió de forma amplia y de inmediato recordé lo que pasó la noche anterior, luego de beber, tratando de distraer mi mente, simplemente vine a su departamento por... Ayuda. 

Sentí un beso en mis labios y suspiré lentamente por la suave textura de los opuestos.

— Es hora de...

— Hora de irme. —la interrumpí mientras me levantaba y tomaba mi ropa del suelo. Nayeon hizo una mueca por mis palabras y salió de la habitación en medio de un berrinche.

Me duché rápidamente y 15 minutos después salí, completamente vestida y agradecí tener algunas prendas en su departamento. Me encontré con Nayeon sentada en el sofá, con sus piernas cruzadas y una taza de café en sus manos, me acerqué y despeiné un poco su cabello a modo de despedida, ella me dio un manotazo, entre ofendida y divertida y salí de aquel lugar.

Mi celular comenzó a sonar en ese instante y traté de buscarlo en mi bolso, logré contestar a tiempo sin siquiera ver quien era.

— ¿Diga?

— ¿Mina? Habla tu enamorada. —su risita hizo eco a través de la línea y sentí mis mejillas enrojecer rápidamente al tiempo que mi corazón se volvía loco.

— ¿Enamorada? Vaya, quisiera saber quién es. —bromeé.

— ¡Oye! Eso fue muy malo.

— Lo lamento, ya... ¿Pasa algo?

— Quería saber si te gustaría ir a una exposición de arte... Justo ahora.

Vi la hora rápidamente y suspiré, tenía clases de ballet. Mordí mis labios y traté de calmar mi debate mental lo antes posible.

Black and White; MICHAENGWhere stories live. Discover now