Especial de Halloween.

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Alice suspiro.

Algo de lo que más odiaba era trabajar. Trabajar, en el sentido de esforzarse en algo de lo que ella no saliera beneficiada o fuera demasiado esfuerzo. Era debido a eso que le fastidiaba... corrección, odiaba los Festivales Escolares, sobre todo si era el Festival Deportivo. Ese era el más cansado y fastidioso de todos, y por tanto... el que más odiaba, pues se reunían sus dos enemigos mortales; el ejercicio y... la multitud.

Sip, lo peor que le puede poda pasar a Alice.

Pero el Festival Deportivo era en los meses de mayo-junio y septiembre-octubre, al final y principio de esos meses respectivamente. Si, estaban en octubre, pero era finales de octubre, lo cual significaba...

El Festival de Halloween.

Si, el maldito Festival de Halloween, Noche de Brujas o de Noche de Víspera de Difuntos, o como lo conocieran a ese día.

El Festival del día 31 no era una celebración completamente oficial y normalmente se hacían pequeños Festivales, pero la Primaria de Namimori la celebraba a lo grande para fortalecer los lazos de amistad de sus alumnos. En pocas palabras, para que los alumnos tuvieran un pretexto para trabajar en equipo y que sus familiares -y casi toda la ciudad- pasaran un buen rato en la escuela primaria.

La niña rubia volvió a suspirar.

Odiaba esos días. ¿Qué acaso no sabían que ella pretendía estar enferma precisamente esos días para saltarse esos eventos? ¿No? ¿No lo sabían?

¡Claro que lo sabían!

Desde el su primer año cursando esa Primaria, faltaba a esos eventos. Cuando una de sus profesoras se dio cuenta de eso, hablo con su padre, al cual no le molestaba que faltara a esos eventos porque a él tampoco le gustaban las multitudes y su hija le había explicado que se agruparían montones y montones de personas (además de que sabia como eran esos eventos al él también ido a esa primaria junto con su hermano menor). Debida a esa situación, la directora OBLIGO a ambos -padre e hija- a ir a esos eventos. ¿Y cómo lo logro?, se preguntaran muchos... y la respuesta era simple; Hibari Fon. La directora recurrió al hermano menor del padre de Alice para explicarle toda esa situación. Obviamente Fon estaba en contra de la decisión de su hermano mayor y así fue como los convenció (nótese el sarcasmo) de ir a todas esas actividades. Resignados, ambos Hibari no tuvieron de otra más que ir a esas actividades, además de que Alice estaba obligada a participar en las actividades que realizara su grupo.

Y era debido a eso que Alice estaba molesta, cansada y sudada; situaciones que odiaba a muerte.

Por quinta vez en el día, Alice suspiro.

La pequeña se encontraba sobre una silla terminando de adornar las ventanas del salón de clases. Miro por la ventana como lo demás alumnos de otros grupos estaban terminando de colocar los puestos de comida.

Que estupidez...—pensó Alice al ver como todos estaban esforzándose y riendo. —Si no fuera porque mi tío me obliga...—suspiro por sexta vez. Bajo de la silla y miro a sus demás compañeros de clase; todos estaban adornando o pintando en el suelo. Camino a la puerta, pero alguien tomo su mano deteniendo su andar—Déjame. —dijo con molestia.

—Hanabi-sensei me dijo que si te veía queriendo escapar, que te detuviera. Parece que ya te tienen en la mira. ¿En serio siempre te saltabas estos eventos?—pregunto curioso un niño azabache que Alice conocía bien.

—Sí, lo atmito. ¡Huyo de estos eventos! Pero tranquilo, no huiré esta vez. Si huyo, mi tío me regañara, y sabes perfectamente que lo que menos quiero es verlo enojado. Ya sabes cómo se pone, ¿no?—dijo la niña con tranquilidad.

¡Uniendo A Nuestros Padres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora