Visitando a un amigo.

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En shock.

En shock se encontraba aquella hermosa mujer de cabellera rubia y ojos azules.

¿Tanto la odiaba como para cerrarle la puerta en la cara?

Estaba molesta, muy molesta. Pero si pensaba que se iría así sin más, que equivocado estaba Kyoya. Parecía que no la conocía.

...

Kyoya, después de cerrar la puerta, siguió tomando su café y se dirigió a la cocina. Una vez ahí, mando un mensaje a cierta persona.

Tenía que deshacerse de aquella mujer antes de que llegara Tsuna a desayunar con ellos. No tenía mucho tiempo, se tenía que apresurar.

Si se encontraban... No quería no imaginárselo.

...

Toc, toc, toc.

La rubia no dejaba de tocar la puerta.

Se estaba exasperado. Ya habían pasado 20 minutos y nadie la abría.

Genial.

Toc, toc, toc.

Siguió tocando sin éxito.

...

Reborn, después de ya no poder dormir por el escándalo que había en la entrada de la residencia Hibari, bajo a ver quién molestaba tan temprano.

Abrió la puerta con fastidió y se encontró cara a cara con una rubia de ojos azules.

Aquella mujer se sorprendió de ver a un azabache. Nunca lo había visto en su vida.

¿Amigo de Kyoya?

¡Imposible! Nunca dejaría que un amigo se quedará en su casa.

—Buenos días—saludo—, yo...

—No queremos sus productos, gracias—y cerró la puerta.

¿¡Cómo la pudo confundir con una vendedora!?

Ella no se parecía en nada a una vendedora, y sobre todo... ¡Ni siquiera la dejo terminar de hablar!

Genial, parecía que tendría que seguir tocando la puerta.

Estaba decidida, no se movería hasta que entrara a esa casa.

....

Después de que Reborn cerrará la puerta, Fon bajo juntó a Alice, la cual había encontrado en el pasillo al salir a ver quién tocaba la puerta.

— ¿Quién tocaba?—pregunto Fon.

Alice bostezo.

—Solo era una vendedora. —contesto.

—Ya veo... Iré a la cocina a preparar un poco de café para Alice ¿vas con nosotros?—él no era un amante del café, pero su sobrina si, y para el desayuno siempre pedía su taza de café.

—Hmp, porque no.

Los tres se dirigieron a la cocina.

....

¡¿Por qué no le abrían?!

Ya habiendo sido dos veces las que le cerraron la puerta en la cara, eran increíbles.

¿Acaso no les importaba que le pudiera pasar algo a una mujer hermosa e indefensa como ella?

Conociendo a Kyoya... Si su vida dependiera de aventarla a un barranco, él lo haría. Él era, lamentablemente, ese tipo de persona.

¡Uniendo A Nuestros Padres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora