𝗖𝗿𝗶𝗺𝗶𝗻𝗮𝗹𝗲𝘀 ↻ 𝙽𝙲𝚃

¿Noche Perfecta?

[BOSS]

Ten revisó su reloj de mano, ya habían pasado veinte minutos pasados de las ocho. Suspiró decepcionado, sabía que era una mala idea.

—Debí imaginarlo... Sigue enojado conmigo.—

Miró la silla frente a él, ya estaba listo para pedir la cuenta, cuando recibió un mensaje:

"Ya llegué."

Los ánimos de Ten subieron. Miró hacia atrás y vio que Taeyong estaba entrando, rápidamente se sentó derecho y acomodó su traje. Miró a los meseros y asintió con su cabeza, dándoles la señal de que el plan se haría. Esto debía ser perfecto.

Escuchó los tacones de Taeyong crear ese sonido tan reconocible de el, una sonrisa enorme se posó en el rostro de Ten. Miró a su lado y Taeyong ya estaba ahí. De pronto, chocó contra un mesero, que por suerte, no tenía ninguna orden.

—Lo siento.—

Taeyong dio una reverencia apenado y rápidamente se sentó en la silla frente a
Ten.

—Ay, lo siento por llegar tarde. Tenía que terminar una junta y el tráfico, ni me lo menciones, ¿me perdonas?—

Sonrió tímidamente.

—Yo debería disculparme contigo, últimamente has estado bajo mucho estrés y lo único que hacemos es empeorarlo todo. Aparte, entiendo que hacer esos métodos son parte del trabajo aunque a nadie incluyéndote le gusten, y no me digas que "es tu deber como jefe", porque reconozco perfectamente esos ojos de cuando te pones serio y haces las cosas que no te gustan... Sé que es una tortura hacerle esas cosas a los jóvenes, aunque sean criminales, sé que te importan... —

Dijo el menor muy rápido, dejando a Taeyong perdido y sorprendido a la vez. Después, los dos rieron.

Un mesero llegó y trajo las bebidas que Ten ya había pedido. Eran dos copas de vino tinto. El lugar era un restaurante de primera clase y el más caro de la ciudad, también era extravagante. Tenía pilares y candelabros, al igual que decoraciones de oro y fuentes con esculturas, por una de las enormes ventanas, había un jardín con animales exóticos y hermosos. Las mesas eran para dos, y una vela entre ellos dos. El jazz suave creaba el toque final para la perfección.

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—¿Listos para ordenar?—

Preguntó el mesero que llegó nuevamente. Los dos hombres bajaron sus cartas, el mayor abrió sus ojos como dos platos y su boca formaba una "o".

—WOW.—

Fue lo único que pudo decir, el mesero solo le sonrió. Ten observando la situación, tuvo que aguantarse las ganas de explotar. Antes de que Taeyong dijera algo más, el fue quien ordenó para los dos:

—Serán dos...Sukiyakis de Wagyu... POR favor.—

Se notaba la tensión en su mandíbula. El mayor sonrió amortiguado.

—Ummm, Kim Seok Woo, ¿verdad?—

Taeyong leyó la pequeña placa con su nombre grabado.

—Si, ¿algo más?—

Preguntó el mesero.

—Debo ser honesto, se ve muy apuesto, ¿qué, ¿qué tratamientos usa en la piel? ¿Va al gimnasio? Es solo que se ve grandioso. Es un cumplido.—