IX

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—Bueno, ¿Quieren escapar de ahí o qué?— preguntó aquél hombre desconocido—. Al menos que quieran seguir de fiesta toda la noche durante varios días, si es así, están en todo su derecho.

—¿Como. . .como escapamos?— inquirió su padre, con la vista en alto hacia esos dos individuos.

—Miren— dijo el otro, y su dedo señaló hacia abajo, donde a un costado de ese edificio habia un oscuro callejón—. Si logran llegar hasta ahí estarán a salvo, hay unas escaleras, solo deben subirlas, mí compañero y yo los estaremos cubriendo— JungKook se mordió el labio inferior, mirando la caída que les esperaba, del lado de la vereda no había tantos infectados como del lado de la calle. Sinceramente, en un principio no hubiera pensado en bajar por ahí, más que nada porque no tenían algo con que defenderse, pero ahora con dos hombres cubriendolos se sentía más seguro, aunque no sabia si confiar plenamente, pues no los conocía, pero en ese momento sentia que no tenía alternativa alguna.

—¿Vamos?— le pregunto a su padre, quien asintió algo dubitativo. Tomó aire y espero a que los infectados se dispersaran un poco de la zona para tener un pase mucho más seguro.

3, contó mentalmente.

2, su corazón se aceleró a gran ritmo.

1, suspiró.

—¡Salta!— el adulto y él saltaron casi a la vez; cuando aterrizaron en el suelo no esperaron mucho tiempo y empezaron a correr, siendo perseguidos por varios muertos que pronto alertaron a los otros. Iban esquivando a los infectados que se cruzaban en su camino, viendo cómo algunos recibían un disparo en el cráneo y caían frente suyo. Se giró, observando como su padre lo seguía casi pisándole los talones, más su atención se dirigió a su pierna y a su forma de andar, iba cojeando.

—¡Rápido, ya están cerca!— oyó el grito de uno de los hombres. Un muerto más cayó al suelo en toda su cara antes de llegar a las escaleras, tomo las barras rápidamente y empezó a subir, bajando su vista en el proceso; había demasiados infectados detrás suya, y su padre aún no había llegado a tomar las barras para subir.

—¡Papá!— exclamó aterrado— ¡Sube!— el hombre colgó sus brazos y aferró a sus manos a los escalones, pero la desesperación lo hizo dar un paso en falso, provocando que se resbalara y dejara una pierna a disposición de los infectados. El señor pateó fuertemente, revoleando su extremidad para todos lados; aterrado cerró los ojos con fuerza, mientras seguía intentando soltarse del agarre para subir las escaleras. Se mordió el labio inferior reteniendo un chillido, dejando que una lágrima traicionera se escapara y descendiera por su mejilla, sabía que todo estaba perdido, moriría.
El sonido de un disparo resonó por aquel oscuro callejón, la bala se estrelló contra la cabeza de un infectado clave para que la pierna del adulto quedara libre, y el hombre aprovecho trepando velozmente las escaleras, detrás de su hijo— ¡Papá!, ¿Estás bien?— indagó JungKook una vez que llegaron al techo, acercándose preocupado a su padre, quien sólo jadeaba con las gotas de transpiración recorriendo su rostro.

—. . .Si hijo, solo fue el susto del momento, no pasa nada— sopló el mayor, soltando un pequeño suspiro con los ojos cerrados.

—Te dije que iban a lograr llegar— escucharon a unos metros. Se giraron encontrándose con los dos muchachos que prácticamente les habían salvado el culo—, gané la apuesta, a pesar de que no tenemos nada para apostar. . .

—Si, si, como digas— respondió desinteresado el contrario.

Se trataba de dos jóvenes de no más de 26 años, uno era alto y ancho, mientras que el otro era más bajito y de cuerpo aparentemente delgado, a simple vista parecía alguien físicamente débil pero con tremenda cara de matón, en cambio el más alto se veía simpático, risueño.

INFECTEDWhere stories live. Discover now