XXVII

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Jadeó. Parecía ser tarde cuando notó que cientos de ojos grisáceos estaban clavados en él. La alarma del auto dejó de escucharse. Ya nada sonaba a su alrededor, así lo percibió, que de repente; todo era absoluto silencio. El tiempo pareció congelarse cuando vió como aquel delicado cuerpo de cabellera rubia volvía a resurgir de la muerte, fueron tan solo segundos, y ella ya había regresado. Ni si quiera sabía como, si juraba haberla visto apuntandose la cabeza con un arma, y luego el sonido del disparo. Debería estar muerta. Completamente muerta.
Sus temblorosas manos buscaron inmediatamente a sus petrificados compañeros para darles la advertencia, porque parecía que ambos no caían en cuanta de que los infectados los estaban observando, y poco a poco, sus pasos se dirigían hacia ellos tres. Vio a JungKook parpadear, alzando la vista lentamente. Sus pupilas se dilataron.

—. . .Corran.

Los gritos agonizantes del mundo arremetieron contra sus oidos casi al instante. Gruñidos, alaridos y el molesto pitido del coche fueron contra él. Se sintió pequeño. Un insignificante pedazo de mierda rodeado de muertes y más muertes.

—Vamos, ¡Rápido!

Pestañeó, cayendo en la realidad. JungKook ya lo estaba arrastrando hacía la camioneta mientras YoonGi iba detrás de ellos, sacándose a los infectados de encima como podía, la situación para él era complicada.
Sus pies empezaron a correr por si mismos. No estaban lejos. MinSeok los vió estando casi en la otra punta del callejón, de inmediato puso en alerta a los demás. Estaban cerca. Muy cerca.

—¡Sube!— su hermano le extendió la mano y lo impulsó hacía el interior del vehículo. Chocó contra el asiento delantero pero poco le importo, la adrenalina lo estaba matando—. ¿Qué demonios hicieron?— JungKook subió detrás suya, jadeando del cansancio, de inmediato el pelirrojo los contó— ¿Qué pasó con el otro? ¿Lo encontraron?

—Mierda, ¿Dónde está...?

—No hay tiempo— las puertas de la combi se cerraron con seguro, ChanYeol retrocedió como pudo en el poco espacio de la parte trasera vehicular. Al instante, cientos de golpes empezaron a arremeter contra el vehículo— ¿Qué diablos pasó con YoonGi?

—¡No lo sé, carajo! Estaba detrás nuestro, pensé que estaba detrás nuestro— exclamó JungKook—. Debe seguir afuera, él sigue ahí afuera, ¡Tenemos que ir a buscarlo!

—Si abrimos las malditas puertas nos matarán— respondió BaekHyun rápidamente—. No creo que haya algo que podamos hacer, debemos irnos antes de que rompan los vidrios— ChanYeol saltó hacía el asiento del conductor, buscando las llaves para encender el vehículo.

—No podemos irnos— le hizo frente a su gemelo, retandolo con la mirada silenciosamente. Las oscuras cejas del pelirrojo se fruncieron del disgusto—. Ellos nos ayudaron.

—¿Hay algo que podamos hacer? ¡Vamos, dilo! Porque hasta ahora lo único que veo es que si se abre una jodida puerta estamos muertos, ¡Piensa un poco imbécil!

—¡Demonios, no discutan!— increpó ChanYeol, se frotó el puente de la nariz y suspiró—. Cálmense, peleando no llegaremos a nada.

—Arranca, nos vamos de aquí, damos unas vueltas para perder a los infectados y volvemos a buscarlo, ¿Estás malditamente de acuerdo con eso?— se volteó a mirarlo, TaeHyung asintió resignado—. Bien, nos vamos— el conductor de oscuros cabellos asintió y pronto se oyó el gruñido del motor.

—Sujetense fuerte.

El vehículo hizo un brusco movimiento hacia adelante antes de retroceder a toda velocidad, llevándose por detrás a todos los infectados que momentos antes se encontraban rasguñando las puertas. No tardaron en llegar a la salida del callejón, encontrándose con la otra calle que, para su mala suerte, estaba repleta de muertos. ChanYeol se quedó inmóvil. Con esa fiesta dándose ahí ellos no podrían dar la vuelta para buscar al militar.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Oct 31, 2021 ⏰

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