Quedó solo, sentado en el cómodo suelo, los ojos cerrados y concentrado en los sonidos, aromas y sabores a su alrededor. Casi en estado de relajación completo, justificando en su mente porque no había seguido a Edgar, y lo que había encontrado era casi absurdo, algo por lo que ningún Divino tenía que preocuparse y mucho menos si no era su casa: la puerta se quedaría sin seguro.
Sus cejas era lo único que demostraba su humor, estaban tan cerca que si ponías una nuez en medio seguro podría partirse. Y estar así por lo de la mañana hacía que centrara más fuerza para contraer el rostro. ¿De verdad pensaba que no sabía a dónde iría?, la Dádiva registraba los eventos pasados y futuros que el chico organizara y estuviera dispuesto a realizar. Todo lo que el Escritor quisiera y creyera necesario que ellos conocieran.
Ya hasta tenía planeado su serie de comentarios, bueno no, pero era molesto perderlo de vista y más cuando aquellos extraños personajes se reunían.
Abrió los ojos para encontrarse con la chica Divina que hacía invocaciones satánicas. Odiaba que ahogara sus movimientos tan bien.
-Parece que tu Demonio ya hizo contacto con el policía -no era normal que comenzara hablar por su cuenta, otro punto sobre estar fuera de su temple. Ella elevó las cejas, venía sola o sea, venía a hablar seriamente-, ¿tienes algún problema?
-Gabriel -tomó asiento en el suelo, a su lado cruzó las piernas y sin anestesia soltó-, ¿eres tonto?
Para algunos esas palabras tal vez no fueran rudas, pero viniendo de una Divina sujeta fuertemente a las reglas y estatutos de la organización Divina, llamar así a un superior, era como para reflexionar y tomar las cartas del asunto. Gabriel lo tomó como lo que era.
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Ashes [Hijos Divinos] |•COMPLETA
Spiritual¿Cómo justificas a un asesino? Así es como comienza esta historia, para justificar a los "Hijos Divinos", los asesinos de criaturas conocidas como "Libros": quiénes provocan catástrofes para alimentarse de los sentimientos negativos de los humanos. ...