Capítulo 8

9.6K 1.4K 421
                                    


La segunda cosa más difícil que hice ese día fue regresar a la sala. Aun tras lavar mi rostro con agua fría en un intento por disimular mi pequeña crisis, sabía que era en vano. Sin importar lo que hiciera, él sabría que había llorado, y tal vez lo peor era que luciera indiferente ante el hecho. Sentí su mirada analizar cada centímetro de mi ser, desde la camiseta que no era mía hasta el gastado de mis botas por la carrera o mis ojos enrojecidos. Si no volví a intentar golpearlo, fue porque Jack se mantuvo a mi lado y era consciente que me detendría al menor movimiento.

La primera cosa más difícil que hice ese día, fue coger el móvil de Jack y sostenerlo frente a Orlando Bright con la mayor firmeza que fui capaz de encontrar en mi actual estado. Había hecho una promesa, y quizás al cumplirla estaba aceptando romper a la persona que más me importaba en este mundo, pero tenía una palabra que mantener. Orlando me miró sin comprender, pero yo no cedí con mi seria mirada.

—Si quieres hablar, llamarás a Ethan y le dirás que venga ahora mismo, o juro que la pelea que habrás tenido con mamá cuando te pidió el divorcio será poco en comparación a lo que haré —dije.

—Tú eras quien me estaba buscando —respondió él.

—Llamas ahora mismo a tu hijo, a quien le dejaste un trauma de por vida con tus acciones, o yo haré que el MI6 te encierre por desertor.

—Planeaba reunirme con él esta tarde —Orlando cogió el móvil de mi mano.

—No me importa. Hazlo. Ahora.

—Por Cristo, solo envía un texto —soltó Josh y echó su cabeza hacia atrás al bostezar—. Es demasiado temprano para tanto drama.

—Y tú no te metas, mentiroso —respondí y él solo se encogió de hombros.

—Me han llamado cosas peores.

—¿Desde cuándo lo conoces?

—No seas dura contigo, Emma, al creer equivocarte. Brady es muy bueno en fundirse con el ambiente para que nadie le preste atención —dijo Orlando mientras escribía un mensaje y me devolvió el móvil—. Listo.

—¿Ni siquiera te llamas Josh? —pregunté mirándolo sin terminar de creerlo.

—Programa irlandés de protección de testigos. Te cambian la identidad y luego de casi toda una vida en Londres, el acento inglés se te pega —respondió Josh.

—Un nombre que sonara similar al de su tío haría que cualquier niño confiara inconscientemente en él —completó Orlando.

Los golpearía, a ambos, pero Jack se aclaró la garganta antes que pudiera hacer algo y me forcé a permanecer quieta. No era justo. Se suponía que esto sería en mis términos cuando yo lo deseara. Quizás debí haber pensando más en qué haría cuando lo encontrara, pero esa opción no había parecido cercana. Ni siquiera acepté una taza de té cuando Josh me ofreció, quería permanecer lo más lejos que fuera posible de ellos.

—¿Tú estás mejor de la cabeza, Jackpot? —preguntó Orlando cogiendo una taza—. Luces mejor.

—Todavía me faltan algunos recuerdos y la mayoría están en desorden, pero estoy mejor —respondió Jack con cuidado.

—Es normal. Conocí un caso o dos como tú, nada que el tiempo y la rutina no reparen. También es normal que quieras ponerte del lado de Emma dada la relación sentimental —respondió él—. Ella está en su derecho a estar furiosa conmigo.

—¿Por qué me salvaste?

—Hicimos un pacto de caballeros cuando eras un niño. No te preocupes si no lo recuerdas, eras muy pequeño. Te dije que velaría por tu vida mientras fueras un buen hombre, y tuviste unos buenos años de deslices cubriendo a Lionel con el MI6 así que quedaste por tu cuenta, pero luego te enderezaste. Cumplo con mi palabra.

Phoenix (Pandora #6)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن